Teniendo en cuenta el título de su último trabajo, Personal Jesus, no sorprende en absoluto que la extravagante, incluso extraña Nina Hagen dijera a un periódico español hace unos días que Jesucristo es su manager. Country, blues y gospel para rezar a su ídolo, al que dice adorar desde que a los 17 años tuviera una revelación. Eso sí, en bautizarse ha tardado unos cuantos años; fue el pasado agosto de 2009 cuando al fin encontró la circunstancia más propicia para ello.

Hija de un prisionero nazi y una actriz de la Alemania comunista, esta artista, de ya 55 años, hizo su verdadero agosto en el punk. Fue en los años sesenta, y se la consideró, aunque ella ya no lo comparta, la madre del punk.

Además, sabe que hay muchos más caminos que ése. Y ha tenido la suerte de poder recorrerlos, porque ni ella ha hecho ascos a otros estilos ni ellos se lo han hecho a ella: ópera, rock y pop son parte de los estilos en los que a veces se ha instalado.

"Cantas fatal"

Aprendió a tocar la guitarra con sólo once años y aunque su madre le decía que cantaba fatal, o tal vez más motivada aún por ello, ella no cejó en su empeño. Seguramente aquella mala crítica maternal hizo que se convirtiera en mucho mejor cantante de lo que acaso hubiera sido capaz de lograr si hubiera gozado de la palmadita de mamá. Quizá sea cierto que la excesiva facilidad puede acabar perdiéndote.

Clásicos al estilo Hagen

"Yo crecí con este sonido: rock, góspel, jazz y swing . Y es fantástico seguir corriendo entre esas viejas canciones, que te hacen moverte, porque realmente son tan buenas…". Así explicaba Nina Hagen el origen del disco que este viernes presenta en Madrid, Irgendwo Auf Der Welt, un álbum de versiones de canciones clásicas.

"Mi banda de rock y yo siempre tratamos de incluir gran variedad de canciones en un espectáculo. Big Band y Swing no son una especie de desviación", señalaba la artista.

La cantante estará acompañada este viernes en el escenario madrileño Puerta del Ángel (d/ Herradura s/n,  a las 22 h. Desde 25 euros) por la Orquesta Capital Dance.