Según la calificación del ministerio público, a la que tuvo acceso Europa Press, sobre las 17,40 horas del 6 de julio de 2005, el procesado, junto a otras dos personas más, acudió a la joyería donde se encontraba una empleada sola reponiendo los expositores para lo cual había abierto la caja fuerte.

Tras interesarse por unas pulseras, el inculpado y sus compañeros aprovecharon que ella se dirigió a unas de las vitrinas para abordarla por detrás. La llevaron a la trastienda, la echaron al suelo y le ataron de manos y pies con presillas, amordazándola con cinta de embalaje.

Mientras uno de los atracadores la inmovilizaba por completo sentándose sobre ella, otro le exigía que les indicara dónde estaba el dinero tirándole del pelo.