La alcaldesa de la localidad, Francisca Rosa, junto con uno de los técnicos del programa de rehabilitación y protección del casco histórico en este municipio, Ángel Gamero, han comunicado a cuatro de las familias, cuyas viviendas se vieron afectadas por el citado derrumbe que pueden volver a sus casas aunque con algunos matices, según explicaron a Europa Press.

Se puede proceder al realojo de cuatro de estas viviendas, "dos de ellas de forma parcial y otras dos de forma total". En concreto, son las viviendas de los números 3 y 15 de la calle Nueve y 64 y 66 en la calle Monte Dorado.

Según explicó Gamero, esta decisión se toma tras conocer los últimos informes recibidos por parte de la empresa Edartec que lleva a cabo los trabajos de aseguramiento de la muralla y que para medir el estado de las casas afectadas se han colocado unos "fisurómetros" en las estancias más dañadas de estas viviendas, donde existen grietas o fisuras a surgidas a raíz del desprendimiento de la muralla.

Estos aparatos, según el técnico municipal, se revisan periódicamente y permiten comprobar los cambios que se puedan producir en las fisuras existentes en cada casa.

Angel Gamero apuntó que dos de las viviendas realojadas se podrán habitar en su totalidad excepto los patios, que dan justo a la zona afectada. Se refirió además al estado "deteriorado" en el que se encontraban algunas viviendas antes de producirse esta incidencia, que no se podrán habitar hasta que no sean rehabilitadas.

Aseguró que el resto se podrá ir realojando en las próximas semanas, las ultimas en septiembre, siempre y cuando, aclaró, las lecturas de los "fisurometros" aseguren que no presentan ningún peligro.

Con respecto al proceso que se pretende seguir en cuanto a los trabajos de aseguramiento y posterior recuperación de esta zona, se desarrollaran en distintas fases. Ángel Gamero explicó que tras esta primera fase de emergencia que se prevé finalizar en julio, está en proyecto una segunda fase, "de estabilización de la parte dañada de la calle Monte Dorado, que se prolongaría hasta el mes de diciembre".

Así, quedarían varias fases más que consistirían en la consolidación definitiva de los paños de la muralla, en una cuarta fase de desmontaje de las estructuras colocadas actualmente para contener la muralla y una última fase que consistiría en la reconstrucción de la calle con todas sus instalaciones.

Una "buena noticia"

Francisca Rosa calificó como "buena noticia" el que se pueda comunicar el realojo a los primeros vecinos ya que "era la principal preocupación del ayuntamiento", afirmó, "que los vecinos volvieran cuanto antes a sus casas pero con las condiciones necesarias de seguridad, las previsiones para el resto de los afectados son buenas". "Y esperamos —añadió— que puedan estar todos en sus casas en el mes de julio, salvo la ultima vivienda que está en peores condiciones será en septiembre".

Rosa apuntó la necesidad de contar con el apoyo de las distintas administraciones para continuar con el proyecto de recuperación de la zona afectada.

Isabel Pitel es una de las primeras vecinas que han regresado a su casa después de tres meses y, según indicó en declaraciones a Europa Press, no sin "preocupación", porque no puede salir al patio de su casa ubicado en la parte trasera justo en la zona donde se produjo el derrumbe.

Pitel tiene tres niños, el mayor de diez años, una niña de 5 y una tercera que esperaba cuando tuvo que abandonar su casa. Su deseo, según expresó, es "que se lleve a cabo cuanto antes la segunda fase de la obra que permita el aseguramiento de toda la casa".

Explicó que está esperando recibir las indicaciones para evitar el acceso a los patios. A pesar de todo afirma estar "contenta" de poder regresar de nuevo en su hogar.