Estas fueron algunas de las principales conclusiones de la XIII Cumbre Hispano-Italiana, que se celebró en el palacio renacentista de Villa Madama, bajo la presidencia de los dos jefes de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y Silvio Berlusconi, con la participación de los ministros responsables de Asuntos Exteriores, Justicia, Trabajo, Industria y Fomento.
Rodríguez Zapatero y Berlusconi confían en que sus Gobiernos puedan firmar el próximo enero en Madrid con Francia el convenio necesario para la puesta en marcha del llamado "Schengen del mar", una iniciativa que los ministros de Justicia español y francés impulsaron el pasado martes en París y con la que se pretende dar respuestas efectivas a la presión de la inmigración ilegal.
Patrullas en las costas del Mediterráneo
Entre otras medidas, este proyecto permitirá invertir recursos para patrullar de forma efectiva en algunas costas del Mediterráneo y extender al mar los mecanismos de control que existen en el espacio Schengen.
En una conferencia de prensa conjunta al término de la cumbre, Rodríguez Zapatero precisó que esta iniciativa servirá tanto para combatir la inmigración ilegal como para luchar contra el terrorismo, el tráfico de drogas y el crimen organizado en general.
Autopistas del mar
La cumbre acogió también un acuerdo para la creación de "autopistas del mar" entre España e Italia, sobre la base de un grupo de trabajo bilateral constituido al efecto, que descongestione el elevado volumen actual de transporte por carretera entre ambos países, próximo a los 15 millones de toneladas anuales.
El día 15, en el Consejo Europeo
España e Italia se esforzarán al máximo para que el Consejo Europeo de los próximos días 15 y 16 apruebe este programa de inmigración, con la correspondiente dotación financiera, impulse la actividad de la Agencia Europea de Fronteras, "tome las riendas" en el control fronterizo y promueva los acuerdos de readmisión de inmigrantes ilegales entre la UE y países africanos.
En este sentido, Berlusconi respaldó expresamente la propuesta de Rodríguez Zapatero para que la UE destine un 3% de los fondos de su nueva Política de Vecindad al control de fronteras y la ayuda a los países de origen y tránsito de la inmigración, al tiempo que destacó la necesidad de contribuir a la democratización de estas naciones.
Los procesos de regularización, "peligrosos"
Zapatero no quiso comentar las declaraciones del ministro francés del Interior, Nicolas Sarkozy, en las que consideró "peligrosos" los procesos de regularización de inmigrantes emprendidos en España e Italia, y se ofreció a explicarle el contenido de la política española en esta materia, convencido de que entonces comprenderá que es positiva.
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