En una entrevista concedida a Europa Press, el corresponsal de guerra, nacido en Venezuela, explicó que la obra está compuesta por las 35 entradas, además de una 'Nota del autor' y una introducción titulada 'Liturgias y miedos ante el viaje', que el propio periodista escribió en la edición digital del periódico 'El País' durante los dos viajes que realizó a Afganistán, agosto y noviembre de 2009, con motivo de la cobertura de las elecciones celebradas en aquel país.

A través de las historias anónimas el rasgo de "absurdo" de una guerra "se hace más evidente", dijo. Al hilo de esto y para reflejar lo absurdo de una guerra, Lobo comentó que casi todos los niños con los que hablaba querían ser médicos, un pensamiento fomentado por la emisión en la televisión de una serie de médicos al estilo de la norteamericana 'House', que emite Cuatro.

En ella, según el escritor, "los niños veían como los facultativos eran personas que tenían dinero, buen puesto social y hacían cosas interesantes". Entonces percibió que "Occidente había mandado a Afganistán lo que sobraba, armas y soldados, y no lo que había que enviar, instrumentos de paz", afirmó. En este sentido, resaltó lo que se puede lograr con algo "tan absurdo como un programa de televisión que muestra a los niños otras perspectivas".

Las 35 entradas para la edición digital del periódico se recogen en la obra "pulidas, mejoradas, ampliadas y dotadas de peso político que les permitan navegar solas". "No ha tratado de hacer algo que explique el país desde un punto de vista político, pero si introducir elementos de peso", precisó.

Así, añadió que la intención de la obra "no es tanto explicar que pasa como narrar que pasa, lo que piensa la gente y que normalmente no sale en los medios, pues nos acostumbramos a escuchar a los políticos y a los militares". Además, manifestó que estas personas son gente que "padecen a los políticos y a la guerra, que luchan por sobrevivir". "Son los personajes por los que merece la pena liberar el país", añadió.

El periodista confesó que tras las conversaciones mantenidas con las mujeres, niños y hombres que viven la guerra, extrae que todas están unidas por el sentimiento de "esperanza". Lobo, marcado por el comentario de una novia que le afirmó que cuando iba a Sarajevo a cubrir el conflicto escribía historias sin esperanzas, ahora quería dar un vuelvo.

"una esperanza absurda"

En este sentido, explicó que el niño que más le fascinó fue el que conoció en el zoológico, "la ventana de lo que había sido Kabul". Allí, trabajando de aguador en lugar de ir al colegio, le dijo que quería ser piloto. "Una esperanza absurda pero que le permitía sobrevivir", indicó. Además, subrayó que estas personas "te regalan un pedazo de su esperanza, te hacen ser mejor persona, crecer y vivir sus vidas".

El libro, que se presentó como "un reto" para Lobo, supone una gran satisfacción, pues para un periodista nacido en el papel, una historia que surge en la red, vuelve al papel "mejorada". Para algunos periodistas, según dijo, Internet da "miedo", pero es un instrumento "maravilloso, que ayuda mucho a las labores del corresponsal de guerra".

Ramón Lobo comenzó su faceta como corresponsal de guerra en 1992 para el diario 'El País', llevándole a cubrir los conflictos bélicos de Croacia, Serbia y Kosovo, Bosnia-Herzegovina, Albania, Chechenia, Irak Palestina, Líbano, Argelia, Haití, Ruanda, Nigeria, Guinea Ecuatorial, Sierra Leona, Uganda, Congo, Zimbabue, Afganistán, o Filipinas, entre otros. Toda esta actividad le llevó a ganar en 2001 el XVIII Premio de Periodismo Cirilo Rodríguez. Su experiencia bélica se ha reflejado en el libro de no-ficción 'El héroe inexistente' y en la novela 'Isla África'.