Russell Crowe: "Robin Hood no se llevaría bien hoy con los banqueros"

  • El actor vuelve para protagonizar una nueva aventura de época.
  • Crowe pasa por ser una de las estrellas más temidas por los paparazi.
  • El actor volverá a actuar a las órdenes del director Ridley Scott.

No es tan fiero como lo pintan. Por sus desplantes a la prensa y agresiones a algún que otro paparazi, Russell Crowe pasa por ser una de las estrellas más temidas por los periodistas. Hasta los (poquísimos) medios a los que el australiano pudo atender durante su fugaz visita a Madrid fueron avisados: probablemente, llegaría tarde y, quizá, no de muy buen humor.

Sin embargo, en los escasos diez minutos compartidos en solitario con la estrella, ésta se comportó a la perfección. Quizá, aleccionado por la distribuidora de Robin Hood, que abre este miércoles el Festival de Cannes y supone un nuevo trabajo del actor con el director Ridley Scott. O, simplemente, porque el presunto ogro no tiene tan mal humor.

¿Cuándo se planteó, por primera vez, encarnar a Robin Hood?

En 2007, mientras rodábamos American Gangster. El productor, Brian Glazer, nos llegó una mañana a Ridley y a mí afirmando haber tenido una gran idea: volver a hacer una película sobre el personaje.

¿Qué pensaron?

Que estaba loco. Nos sorprendimos... Le dijimos que sería muy difícil hacer algo bueno. Era muy arriesgado: se han rodado muchas buenas películas sobre Robin Hood, muchos actores se han puesto ya ese disfraz. Robin Hood es todo un icono para el público: todo el mundo tiene su propia versión en la cabeza.

Pero aceptaron.

Sí. Porque, por otro lado, era un desafío muy atractivo. Había cosas del personaje que, desde mi niñez, me intrigaban. Cosas por explicar: nunca se había terminado de aclarar qué cosas le satisfacían por completo, cuáles eran muchas de sus motivaciones.

¿De dónde venía su individualismo y, al mismo tiempo, su generosidad? Podíamos narrar hechos novedosos, dar una visión muy fresca de la historia y, sobre todo, mostrar a un Robin Hood más real. Así que al final acepté, sin tener ni que leer el guión.

¿Cómo preparó el papel?

Me compré unos cuantos libros sobre él y, sobre todo, hablamos con historiadores expertos en esa época. Queríamos retratar la Inglaterra de entonces: las relaciones entre la Corona y el pueblo, el papel de la Iglesia, de dónde procedían esas leyendas épicas sobre chicos que robaban a los ricos y, en un acto de justicia, les devolvían parte de lo suyo a los pobres...

¿Qué le parecen otras versiones anteriores, como las protagonizadas por  Errol Flynn, Sean Connery  o Kevin Costner?

Muy buenas, por supuesto. Pero dan una visión algo distorsionada de esos años. Parece que hablan de la Inglaterra de hace menos siglos y, por ejemplo, creo que no muestran la proximidad de Robin Hood por temas como la familia y la naturaleza. Nosotros no sólo queríamos hablar de un personaje, sino de toda una sociedad y cuáles eran sus problemas de entonces.

Hablando de la sociedad actual, ¿quién podría ser ahora nuestro Robin Hood?

No sé si podría darte un nombre... Creo que, por suerte, cada vez que sucede algo horrible puedes encontrar un montón de gente anónima actuando por los demás. Piensa en las catástrofes naturales, en el huracán Katrina, en el terremoto de Haití: había miles de personas rehuyendo el egoísmo, siendo muy generosos con los demás, portando valores como los que ejemplifica Robin Hood.

¿A quién tendría que robar hoy, entonces, Robin Hood?

Desde luego, no se llevaría muy bien con los políticos, los banqueros o toda esa gente que mueve los hilos del sector financiero. Pero ojo: ¡tampoco creo que fuese periodista! No, al menos, uno de esos que trabajan para grandes empresas editoriales, que manipulan y distorsionan la información en su propio beneficio.

Precisamente, usted tiene fama de no llevarse demasiado bien con los periodistas. ¿Tanto sufre con nosotros?

Desde luego, no es la parte de mi trabajo en la que mejor me lo paso. Pero también es parte del trabajo de actor: sentarse unas horas en cualquier lugar del mundo, ver desfilar a tipos a los que no conoces y que te hacen, una y otra vez, las mismas preguntas, y sonreír. Pero, para la película, es tan importante como que yo esté bien en un día del rodaje. Como en el plató, no puedo fallar.

¿Rumores falsos, entonces?

A los periódicos les interesó contar ese tipo de cosas... Supongo que todo vino porque me gusta encarnar a personajes rebeldes, muchas veces fuera de la sociedad. Y, entre rodaje y rodaje, intentaba escaparme del mundo. Pero mírame: estoy respondiendo  a todo lo que me preguntan y, además, hago una recomendación: ¡Vayan a ver Robin Hood, es fantástica!

BIO: Nació en Nueva Zelanda en 1964. Saltó a la fama en 1997 con L. A. Confidential. Tiene una banda de rock, 30 odds foots of grunts. Ganó el Oscar con Gladiator y fue candidato con Una mente maravillosa y El dilema.

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