En su fallo, la Sala no considera creíble la versión del acusado y le halla culpable de un delito de simulación en concurso con un delito de estafa en grado de tentativa, de ahí que, amén de la privación de libertad por espacio de doce meses, impusiera también a Domingo R.M. el pago de una multa de 1.800 euros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

El Ministerio Fiscal y la acusación particular, en representación de la aseguradora Caser, habían solicitado, respectivamente, un año de cárcel y multa de 1.800 euros y un año de privación de libertad y multas por importe global de 16.200 euros.

El acusado, Domingo R.M, quien en la madrugada del día 5 de noviembre de 2006 se personó en el Puesto de la Guardia Civil de Tordesillas para denunciar que le habían robado el vehículo y que lo había hallado horas después empotrado en una fachada de Villalar, modificó durante el juicio su versión e identificó a su ya ex amigo Óliver S.M. como el verdadero culpable de todo.

Así, Domingo R.M. relató que el día de autos el citado Óliver, con quien estaba de copas en Tordesillas, le pidió las llaves del coche para cambiarse de ropa y aseguró que poco después se enteró vía telefónica de que su amigo, quien carecía de carné, había chocado contra la pared de una casa en aquella localidad.

Aunque no tenía dinero, el procesado mantuvo que se trasladó en taxi hasta Villalar y que una vez allí fue Óliver, quien le esperaba al lado del vehículo siniestrado, el que pagó la carrera al taxista y le amenazó gravemente para que no diera parte de lo ocurrido puesto que ya había tenido problemas anteriormente con la Justicia por conducir sin carné.

"Me amenazó de muerte, me dijo que conocía a mucha gente en el barrio de España y que me mandaría a los Varela", recordó Domingo R.M, quien por tal motivo, en su denuncia horas después ante la Guardia Civil, optó por no mencionar a su amigo y utilizó el genérico alguien para referirse al que le había sustraído el coche y provocado daños por importe de 8.898 euros, más del doble del valor venial del mismo.

Credibilidad del taxista.

La defensa del acusado, que solicitó, sin éxito, una sentencia absolutoria y, subsidiariamente, que se aplicara a su patrocinado la eximente incompleta de haber obrado por un miedo insuperable, presentó a última hora como testigo a un taxista de Tordesillas, Félix M.G, quien corroboró haber llevado a Domingo la noche de autos desde dicha localidad hasta la casa de Villalar contra la que se hallaba empotrado el vehículo.

Sin embargo, la versión del testigo quedó en entredicho al asegurar que fue el acusado quien le pagó la carrera de su propio bolsillo, cuando Domingo, en su declaración exculpatoria, había indicado minutos antes que carecía de dinero y que éste se lo entregó su amigo Óliver al llegar a Villalar.

El propio Óliver, que también compareció ante la Sala, explicó que aquel día estuvo tomando copas con Domingo en Tordesillas y que en la madrugada del día siguiente ambos sufrieron un aparatoso accidente en Villalar cuando el acusado iba al volante y él de copiloto.

"Sufrí lesiones y me quedé semiinconsciente", declaró Óliver, quien añadió que fue ya entonces cuando Domingo le anunció su propósito de denunciar el robo del coche para poder así cobrar el seguro. "Le dije que no quería saber nada y que tampoco me llamaran como testigo porque yo andaba con juicios por haber conducido anteriormente sin carné", concluyó.