Los vecinos del barrio de Estrella (Retiro) deben pensar que no hay mal que por bien no venga. Y es que, después de tanto quejarse por la pasarela de El Ruedo (Moratalaz), han empezado a sacarle provecho. El polémico puente sobre la M-30, que lleva un mes instalado, está trayendo más ventajas que inconvenientes para los residentes de ambos lados.

Los de Estrella ahora tienen un centro comercial a un paso, pueden aparcar en la zona libre de parquímetros del otro lado y utilizan las dotaciones públicas de Moratalaz. Los de la otra orilla están más cerca del parque de Roma y pueden llegar antes al centro.

El lado positivo de la conexión

Poco queda de la polémica inicial. Cuando se anunció la instalación de la pasarela, el vecindario de Estrella se puso en pie de guerra. Temían que los habitantes de El Ruedo atravesaran la M-30 y acabaran con su tranquilidad. Los residentes del otro lado son ex chabolistas realojados allí tras desmantelarse el poblado del Pozo del Huevo (Villa de Vallecas) en los ochenta. El Ruedo ahora es un núcleo marginal, con una de las rentas más bajas de la capital (no llega a 10.000 euros); mientras que Estrella está habitado por familias de clase media-alta.

Pero aquellos temores de ser "invadidos por los gitanos" no se están haciendo realidad. "No ha habido problemas. Nadie ha venido a robar ni a pasar droga. Se exageró", explica Elena, de Retiro. "Los fines de semana pasan para reunirse en el parque de Roma. Pero mientras no lo destrocen no tengo quejas", añade una septuagenaria. Además, no sólo la gente de El Ruedo usa la pasarela, sino que es útil para todo el distrito de Moratalaz: "Cruzo a diario para pasear, tengo que andar una hora y el parque me pilla a un paso", cuenta Juan.

Ahora la mayoría de residentes ve el lado positivo de la conexión. La pasarela se ha convertido en un atajo para ir a comprar al centro comercial situado junto a El Ruedo: "Antes tenía que dar un rodeo por el otro puente [a unos 200 metros]. Ahora tardo la mitad", cuenta Palmira. Además, cruzan el puente para utilizar los centros de salud, bibliotecas y polideportivos que no encuentran en sus propios distritos.

Vigilando a los grafiteros

Los conductores de Estrella también lo agradecen. Su barrio está pintado con zona verde y azul del SER, pero en Moratalaz no hay parquímetros. Gracias al puente, aparcan en el distrito de enfrente y se ahorran el dinero de la tarjeta de residentes.

A los grafiteros también les gusta la pasarela. El Ayuntamiento ha tenido que limpiarla varias veces desde su apertura. Para evitar las pintadas y la delincuencia, han puesto a una patrulla de policías locales a vigilar permanentemente sus accesos.