Samaranch recibe el último adiós con los máximos honores institucionales

Barcelona y la familia olímpica homenajearon este jueves al ex presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) y refundador del olimpismo, Juan Antonio Samaranch, que falleció este miércoles a los 89 años en el Hospital Quirón de Barcelona por una parada cardiorrespiratoria.

Los actos comenzaron a primera hora de la mañana, con una ceremonia civil que se inició a las 10.30 horas con la llegada del féretro al Palau de la Generalitat, en donde se instaló la capilla ardiente y ante la presencia del Presidente de la Generalitat José Montilla, los Príncipes de Asturias, la Infanta Cristina y el presidente del COI, Jacques Rogge.

Además, a la ceremonia asistieron dirigentes deportivos internacionales y otras autoridades en el Saló Sant Jordi, donde entró el féretro acompañado del himno olímpico. El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y el ex presidente, Jordi Pujol también acudieron a dar su último adiós a Samaranch.

Representantes institucionales y del mundo del deporte, así como un representante de la familia pronunciaron sendos parlamentos, para después concluir el acto con un discurso de Montilla.

La trayectoria del ex presidente del Comité Olímpico Internaciona ha sido glosada durante un homenaje institucional que ha culminado con la interpretación de la canción emblemática de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992: "Amigos para siempre".

El Príncipe Felipe ha descrito a Samaranch como "un coloso del deporte y del olimpismo moderno". "Gracias Samaranch, gracias Juan Antonio, buen viaje a la eternidad", ha dicho don Felipe.

La dimensión humana, institucional, deportiva y económica de Samaranch, fallecido ayer en Barcelona a los 89 años, ha planeado durante las intervenciones que se han producido en una ceremonia celebrada en el Salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat, previa a la apertura de la capilla ardiente al público.

Un adiós multitudinario

Un 'goteo' continuo de personas visitó esta mañana la capilla ardiente del ex presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, que abrió sus puertas a las 12.30 horas (con media hora de retraso) y que permaneció abierta hasta las 17.00 horas, una hora antes de que se celebre el funeral en la Catedral de Barcelona.

En el momento de su apertura al público, una vez concluida la ceremonia civil presidida por los Príncipes de Asturias y la Infanta Cristina; el presidente de la Generalitat, José Montilla; el presidente del COI, Jacques Rogge; los hijos del fallecido, María Teresa y Juan Antonio; los familiares más allegados, y una nutrida representación de los ámbitos político, social, económico y del mundo del deporte, más de un centenar de personas hacían cola para entrar a la capilla ardiente.

Sin embargo, el tráfico de personas que quiso despedirse de Samaranch en el Palau de la Generalitat fue fluido. No faltaron tampoco decenas de centros y coronas de flores en su recuerdo, enviados desde entidades o clubes del deporte, empresas del ámbito privado o de cabezas de Estado, como el Comandante Jefe de la República de Cuba, Fidel Castro.

Una vez cerrada la capilla, el féretro con los restos de Juan Antonio Samaranch fueron relevados, desde el Palau de la Generalitat de Catalunya hasta la Catedral de Barcelona, por numerosos deportistas de élite (Rafa Nadal, Arantxa Sánchez Vicario o Estiarte, entre otros) y personalidades del deporte. Nadal elogió la figura de Samaranch indicando que era "la persona más importante de la historia del deporte español" y destacó su "absoluta dedicación al deporte".

Los Reyes presenciaron el funeral

Ya en la catedral, con la asistencia de Los Reyes y de las Infantas Elena y Cristina, el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, ofició una ceremonia de rango similar al de un Jefe de Estado, con la presencia de representantes de casas reales europeas, como Constantino de Grecia y Alberto de Mónaco, y del presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge.

El presidente de la Generalitat, José Montilla; los ministros Carme Chacón y Celestino Corbacho; el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu; el Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky; el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, y el delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel, han estado también presentes en el acto, al igual que el presidente de La Caixa, Isidre Fainé.

De la misma forma que a su llegada a la catedral, los deportistas portaron el féretro a la salida de la catedral de Barcelona: Jordi Villacampa (Baloncesto), Gemma Mengual (natación sincronizada),Rafael Nadal (tenis), David Barrufet (balonmano), Pol Amat (hockey hierba), Beatriz Ferrer-Salat (hípica),José Luis Doreste (vela) y Manel Estiarte (waterpolo).

"Supo intuir como nadie la función del deporte en la sociedad moderna", indicó el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, durante la homilía: "La ciudad de Barcelona, todo el resto de España y muchos países del mundo, por razones de todos conocidas, tiene una deuda especial de gratitud con Juan Antonio Samaranch", indicó.

"Despedimos a un verdadero barcelonés y catalán universal, una personalidad que hizo mucho por la inteligencia entre los pueblos", continuó Sistarch, a la par que leyó un telegrama del Secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, de condolencia por la desaparición del mandatario olímpico.

Por su parte, el hijo del fallecido, Joan Antoni Samaranch Salisachs ha agradecido la presencia de los asistentes y ha abogado por que el legado de su padre se convierta en una "fuerza del bien de los ideales olímpicos que nos mueven y convertirlos en algo para la sociedad".

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