Agua caliente sanitaria

El agua caliente es, después de la calefacción, el segundo consumidor de energía de nuestros hogares: un 20% del consumo energético total.
Existen diferentes tipos.Uno de ellos son los sistemas instantáneos que calientan el agua en el momento en que es demandada. Es el caso de los calentadores de gas o eléctricos o las calderas mixtas. Su inconveniente es que, hasta que el agua alcanza la temperatura deseada, se desperdicia una cantidad considerable de agua y energía. Otra desventaja importante es que cada vez que demandamos agua caliente se pone en marcha la caldera. Estos continuos encendidos y apagados incrementan considerablemente el consumo, así como el deterioro del equipo.

Con acumulador

Los sistemas de caldera más acumulador son los más habituales en la producción centralizada de agua caliente. El agua, una vez calentada, es almacenada, para su uso posterior, en un tanque acumulador aislado. Son más eficientes que los instantáneos, puesto que evitan los continuos encendidos y apagados de la caldera y la potencia necesaria es inferior a la utilizada de forma individual.

Cómo ahorrar

Aislamiento: Es importante que los depósitos acumuladores y las tuberías de distribución de agua caliente estén bien aislados.

Temperatura: Fije la temperatura del agua caliente por debajo de 60 ºC.

Control: Racionalice el consumo. Un grifo abierto consume unos seis litros por minuto. En el caso de la ducha, este consumo se incrementa hasta los diez litros por minuto.

Dispositivos: Existen en el mercado cabezales de ducha de bajo consumo que permiten un aseo cómodo y gastan la mitad de agua y, por tanto, de energía. En los grifos se pueden colocar reguladores de caudal.

Con la colaboración del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE): 914 564 900. www.idae.es

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