A la esposa de José Luis Rodríguez Zapatero, Sonsoles Espinosa, no le divierte la Moncloa ni le interesa. Y le espanta que la reconozcan por la calle. Así al menos lo cree la diseñadora Elena Benarroch, que junto con otras personas cercanas a la primera dama, ha participado en la construcción de un retrato de ésta para la revista Vanity Fair.

"Le gustaría pasar inadvertida, pero no se da cuenta de que su marido es el presidente del Gobierno", asegura la modista, quien añade que Sonsoles se siente "enjaulada" en Madrid: "Incluso se siente más libre en Barcelona que en la capital", explica.

También el periodista y crítico musical Miguel Ángel Nepomuceno es de la opinión de que la mujer del jefe del Ejecutivo se siente en la capital "como en una sartén hirviendo". "Añora la tranquilidad de la vida en provincias y estar con los suyos", explica. Para el reportero, Sonsoles no es nada política y le gusta transmitir naturalidad: "Recoge las tazas del café, como cualquiera. Es cercana, aunque reservada"

Por su parte, la mujer de Nepomuceno, Lola, ex compañera de carrera de Sonsoles, revela cómo era ésta en sus años de juventud, una "buena hija, una chica tradicional, nada progre".

También las hijas del presidente del Gobierno protagonizan las declaraciones de los allegados a sus padres. Se rumorea en el PSOE  "que la mayor es demasiado de izquierdas", según el periodista.

Como padres, el matrimonio describe a los Zapatero como "conciliadores" y preocupados por preservar su intimidad.

Además, Espinosa es "constante y disciplinada, muy cabal y poco contestataria" en su profesión, según su mentor musical, el sacerdote Samuel Rubio.

La opción de la esposa del presidente a permanecer apartada de los asuntos políticos, es aclarado y defendido por su amiga Marifé Santiago: "La conozco de los ambientes literarios de León. Está crando un modelo de comportamiento en la que ella no abandona su profesión por la de su marido. Las mujeres deberían estar orgullosas de su actitud".