Relevantes personalidades del mundo de la realeza, la política y los negocios han lucido tatuajes a lo largo de la historia. Thomas Alba Edison, el inventor de la bombilla eléctrica lucía cinco puntos en su brazo izquierdo, el mismo tipo de tatuaje que muchos ex presidiarios exihben en la mano.
Sir Winston Churchill, aristócrata y primer ministro de Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial, también lucía un ancla en el brazo. La costumbre le venía de familia, su madre, Lady Randolph Churchill , exhibía el dibujo de una serpiente.
La costumbre de lucir tatuajes, muy extendida entre la Marina británica, dejó su huella en el propio padre del Rey Juan Carlos, quien hizo prácticas como oficial británico en el destructor Winchester. Durante sus veraneos en Palma de Mallorca, Don Juan disfrutaba luciendo sus brazos bronceados por la brisa marina cubiertos ambos con gigantescos tatuajes de serpientes de mar y motivos marinos.
Que se sepa, su hijo, nuestro monarca, no ha imitado a su padre. Aunque cualquiera sabe.
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