Inicialmente, el ministerio fiscal pedía una pena de 18 años de prisión por un delito de homicidio, un delito de lesiones y dos faltas de lesiones, aunque finalmente se llegó a un acuerdo con la defensa por el que el hombre cumplirá seis años de cárcel al considerar que se trató de un homicidio imprudente.

Según el relato de la acusación pública, el hombre, de origen rumano, vivía en compañía de otros dos en una cueva a las afueras de Requena, donde solía agredirles de forma habitual. En el periodo comprendido entre los días 3 y 5 de junio de 2007, agredió en diversas ocasiones a la víctima hasta que finalmente falleció por los graves traumatismos que presentaba por destrucción de los centros vitales y traumatismos craneoencefálicos.

Las lesiones ocasionadas a la víctima se produjeron, según el mismo escrito, o bien tras ser golpeado con un objeto contundente, o bien por impacto reiterado de diversas partes de su cuerpo contra una superficie dura.

El hombre también agredía de forma habitual al otro compañero con el que vivía, a quien el día 5 de junio de 2007 también le dio puñetazos y patadas y le rompió un diente postizo, aunque no acudió a ningún centro médico, según el ministerio público.