Craig David responde a la que es su última entrevista del día (aunque "la primera de muchas más en su carrera", dice) ataviado con unas enormes gafas de sol y un pañuelo palestino. "No es una cuestión de reivindicación política, sólo de moda", explica. Queda claro.

¿Por qué ha hecho un disco de versiones?

Es algo diferente. Se trata de grandes clásicos, así que cantarlos bien es un reto. Sólo espero que la gente lo disfrute, y el hecho de que muchos conozcan las canciones ayuda.

¿Hasta qué punto le preocupan las ventas?

No demasiado. Ése es un asunto de la discográfica. Yo sólo procuro estar orgulloso de cada disco que hago.

El éxito le llegó muy joven, con apenas 19 años. ¿Puede hacer que uno pierda la cabeza?

No, al menos en mi caso. Mis padres me educaron para que no fuera así.

Ellos son muy religiosos. ¿Usted también lo es?

No especialmente, aunque sí soy una persona muy espiritual. Las religiones se contradicen unas con otras y han sido responsables de las peores guerras de la historia.

Su labor contra la tuberculosis ha sido muy reconocida. ¿Con qué otra causa se involucraría?

Antes que intentar abarcar muchas cosas, prefiero centrarme en una. La tuberculosis es una enfermedad terrible que tiene cura y que, sin embargo, sigue matando gente en muchas partes del mundo.

Anunció su nuevo disco en Twitter, luego lo subió a Youtube... ¿Tiene un idilio con las nuevas tecnologías?

Sí, son muy importantes para la promoción. Juegan un papel paralelo a la televisión o la radio y te permiten interactuar con los fans. De todas formas, al final las canciones son la clave.

Al introducir su nombre en Google aparecen decenas de descargas directas. ¿Cómo ve esa otra cara de la Red?

Descargar un disco ilegalmente es lo mismo que robarlo en una tienda, y debería ser castigado como tal. Los gobiernos han de darse cuenta de eso.

Es una batalla difícil. ¿No tendrán que adaptarse las discográficas?

Sí, y creo que el futuro va a ir por las descargas legales digitales: iTunes, el iPod, etc. Hay toda una generación que no ha sido educada para no coger aquello que no le pertenece.