Los jóvenes ocasionaron lesiones leves a una docena de agentes de la brigada móvil de los antidisturbios y, además, provocaron daños a furgonetas de las unidades policiales, según informaron fuentes de la policía autonómica.

Por ello, los detenidos fueron acusados de un delito contra el orden público y un atentado contra los agentes de seguridad. Al parecer, estos altercados tuvieron lugar hacia las 14.30 horas del jueves con la presencia de unos 600 estudiantes y cuando ya se había disuelto la manifestación.

La protesta, que congregó a unos 5.000 jóvenes, partió de la plaza Universitat y transcurrió de forma pacífica.

Según fuentes policiales, los jóvenes tiraron contenedores cercanos a la sede de la Delegación y arrojaron a los policías algunos platos, piedras y botellas.

Posteriormente, los agentes detuvieron a algunos de los jóvenes disidentes y les obligaron a arrodillarse ante las furgonetas con el objetivo de "disminuir el tiempo de reacción" de los arrestados, "al ser muy numeroso el grupo". Además, la medida es utilizada por los agentes de seguridad con el objetivo de "reducir la capacidad de agresión" de las personas detenidas y poder controlar de "forma proporcional al grupo".

Menores de secundaria

En declaraciones a Europa Press, un miembro de la Plataforma Movilizadora en Defensa de la Universidad Pública -convocadora del acto- Andreu Font destacó que los incidentos fueron protagonizados por jóvenes de Secundaria "media hora o veinte minutos más tarde después de que se hubiera desconvocado la manifestación".

Font insistió en que estos jóvenes "nada tenían que ver con los organizadores del acto" y "durante todo el recorrido tuvimos que vigilarles y controlarles porque llevaban piedras y botellas".

Las amenazas de la LOU

Por la mañana unos 5.000 estudiantes, convocados por la Plataforma Movilizadora en Defensa de la Universidad Pública, se manifestaron por distintas calles de Barcelona para defender la "universidad pública" ante las "recientes amenazas" del nuevo borrador de la Ley Orgánica de Universidades (LOU) y la convergencia universitaria europea, en el marco del proceso de Bolonia.

La manifestación, bajo el lema 'La educación es un derecho, no una mercancía' y celebrada en el marco del Día Internacional del Estudiante, partió de la plaza Universitat y transcurrió por las calles de Pelayo y Vía Laietana hasta Pla de Palau, donde se halla la sede de la Delegación del Gobierno.

No se registraron incidentes, aunque fue necesario cortar numerosas calles del centro de Barcelona.

En el manifiesto que leyeron en Pla de Palau los manifestantes mostraron sus discrepancias con relación al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) "empieza a ser una realidad cada vez más palpable". En su opinión, este proceso así como otros acuerdos internacionales "impulsan un proceso de privatización directa o indirecta de los servicios públicos, que intentan acabar con el derecho a una educación pública y universal para todos".