Kristamas Klousch: «Creo en los cuentos de hadas. La infancia es el único momento honesto de la vida»

Nació en 1984 en North Vancouver, en la Columbia Británica de Canadá. Kristamas Klousch sólo hace autorretratos: ella es la Niña Loba, Rapunzel, la sombría Mujer Partida, la muñeca erótica de ojos vendados..., todos los personajes («mis sueños», los llama).
Autorretrato
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Kristamas Klousch
Autorretrato

Su estatus de facebook tenía hace poco esta cita de Stephen King: «Todos somos enfermos mentales. Los que vivimos fuera de los psiquiátricos nos escondemos mejor, aunque nunca nos escondemos lo suficientemente bien». Admira al músico Leonard Cohen, al escritor Lewis Carroll y a la fotógrafa Francesca Woodman.

En su página web cita un fragmento de un poema de Jaimes Alsop basado en el cuento La bella y la bestia: «Tenemos cien años de edad / Ninguna historia y nada / que confesar». Los versos le hacen ver que «la vida tiene demasiadas facetas, problemas y excusas, pero lo único que importa es nuestra ofrenda de arte, amor o bondad».

Empezó con una Canon Cybershot. Luego compró una Canon Rebel y una Nikon D3. En fotos analógicas utiliza una Polaroid y una Holga.

www.kristamas.net y www.flickr.com/photos/kristamasklousch

Es una ‘born in the eighties’ —el próximo 1 de mayo cumple 26 años—, pero opta como divisa por un axioma irrebatible del escritor dieciochesco alemán Friedrich Schiller: «El sentido más profundo de la existencia reside en los cuentos de hadas de mi niñez y no en las verdades que me enseñó la vida». Kristamas Klousch ha decidido dejar de crecer y seguir jugando («la infancia es el único momento honesto»). Acaso lo hace con el mejor de los compañeros: ella misma.

Cada una de sus fotos —de leve crueldad, sensuales, apoyadas en el terror gótico y la máscara— es una intervención sobre su cuerpo: puede ser perversa y adorable, vampírica y lunática, infante dominante o víctima sumisa... Considera sus autorretratos (en los que se maneja sin ayuda para la caracterización, el atrezo, el maquillaje...) «una forma de espectáculo».

Pese a las apariencias, hay una gran sensación de soledad en tus fotos. ¿Eres una persona solitaria?

El autorretrato es un trabajo de soledad, de autoanálisis. Incluso si lo haces como espectáculo es así. ¿Soy solitaria? Creo que puedo aceptar la soledad y la tristeza que llegan de manera natural a cambio de que pueda reflejarlas en mi trabajo.

¿Por qué siempre autorretratos?

Es como estar en mi propio regazo y no tengo otra opción. No necesito enfrentarme a modelos, ni quiero amoldar a otras personas a mis sueños. Los autorretratos no son un estilo fácil. Suceden muchas cosas tras el telón cuando tú misma eres el sujeto de las fotos. Hay un fuerte erotismo en ellas, pero aniñado y oscuro... A medida que crezco soy más aniñada, es verdad. De niña no dejaba de imaginarme mundos en los que perderme: algunos eran espeluznantes y otros hermosos. De ahí quizá proceda mi oscuridad.

¿Todavía vives en esos lugares?

Creo en los cuentos de hadas y los sueños de la niñez. Sólo los niños son capaces de creer. Es como si la imaginación con la que nacemos se diluyese con los deberes y obligaciones de la vida. Lo que nos llegaba al corazón o nos amedrentaba deja de hacerlo. Me niego a aceptarlo, es demasiado triste. Hay una honestidad en la niñez que no encuentras en ningún otro momento de la vida.

¿Dónde está la frontera entre Kristamas Klousch y Kristamas la Chica Loba?

Cuando empecé a hacer autorretratos me imaginaba como otra persona, pero ese sistema empezó a aburrirme. Necesitaba ir más allá. Empecé a imaginarme a mí misma como un sujeto al que puedo manipular. Así creo a dos personajes: Yo tras la cámara y Yo frente a la cámara. En algún momento sentí que eran vidas paralelas, pero ahora somos una sola persona. No hay frontera.

¿Qué ves cuando te miras en un espejo?

¿Tras el shock inicial? [se ríe] Las muchas y diferentes caras que he adoptado. ¿Y cuando te ves a través del objetivo? Todo aquello que quiero ser. En las fotos pareces distante, casi intocable... Hay una distancia intencionada por mi parte, pero no me importa demasiado lo que el espectador piense o sienta. Creo que no es una buena idea para un artista plantearse lo que opinen otros. Háblanos del trabajo de preproducción... Veo mis autorretratos como espectáculos. Utilizo todo tipo de accesorios, pelucas, vestuario..., todo aquello que me haga sentir sobre un escenario.

¿Una definición de fotografía?

Puede ser muchas cosas, depende para qué quieras usarla. Puede ser una colección de tiempo, de sucesos, de personas...

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