Los docentes de estos tres centros acuden a clase con un terminal de mano, similar a una agenda de bolsillo, donde toman nota de los estudiantes que faltan a clase, los que se retrasan, los que crean altercados... y cualquier otra incidencia que se produzca en el aula. Al final de la mañana, los profesores pasan la información a una unidad central para tener controlado, en todo momento, el rendimiento escolar de sus 2.800 alumnos.
El dispositivo pertenece a la empresa Tecnausa y su instalación cuesta entre 9.000 y 12.000 euros (dependiendo del número de terminales de mano que sean necesarias). El próximo paso es, según el director del instituto Zaidín-Vergeles, Pedro Benzal, «volcar los datos en la página web y darles unas claves a los padres para que puedan saber sobre la marcha y desde cualquier lugar cuál es la evolución de su hijo en clase».
El sistema, de momento, «nos ha quitado un montón de papeles», asegura el responsable del centro.
Orden: Los partes no se pierden y las fichas de los alumnos son completas.
Rápido: También se usa para comunicar reuniones o cambios de horarios.
El programa Pasen no se usa
La Junta de Andalucía puso en marcha hace dos años el programa Pasen. Este sistema permite, en teoría, que los 63 centros TIC (integrados en la red de nuevas tecnologías) de Granada puedan volcar en su web las calificaciones, las faltas a clases y las anotaciones sobre el comportamiento de sus alumnos. Los padres podrían, siempre en teoría, entrar a mirar estos datos. Sin embargo, el sistema no es utilizado prácticamente por ningún instituto. Dicen «que siempre está bloqueado».
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