Mientras la anciana acompañaba al hombre por las estancias de la vivienda, la joven se quedó sentada en el salón junto a una hermana de la anciana que se encontraba enferma e impedida. En un momento de la visita por el piso, el hombre le pidió a la anciana que sujetara uno de los extremos de un metro mientras él retrocedía hasta otra habitación. Un rato después el hombre salió y le comunicó que había finalizado su trabajo abandonando la pareja la casa.

Poco después, la anciana descubrió que precisamente en la habitación en la que se había quedado sólo, el hombre le había sustraído del interior de un armario las joyas que tenía y 800 euros en efectivo.

La anciana describió a los presuntos autores del hurto como un hombre de entre 45 y 50 años, pelo corto castaño, 1.75 centímetros de altura, delgado y al parecer español y a la mujer con una edad aproximada entre los 30 o 40 años, 1.62 centímetros de altura, complexión normal, pelo castaño recogido en una coleta y al parecer también española.