El problema de los límites
La ley establece que las reformas interiores nunca podrán alterar la seguridad del edificio o perjudicar los derechos de otro propietario. Tampoco podrán modificar elementos comunes sin la aprobación por unanimidad de la comunidad de vecinos. «El problema es casi siempre delimitar qué obras alteran sólo elementos privativos de la vivienda y cuáles afectan a elementos comunes del edificio», asegura Jesús Flores, adjunto de la secretaría técnica del Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid.
Una vez superado este trámite, se debe obtener el permiso municipal. Para ello, es imprescindible presentar en el Ayuntamiento el proyecto, el presupuesto y fotografías a color de la zona afectada.
El Consistorio notificará su decisión a los diez días de la recepción. Si es positiva, ya se pueden realizar las obras; eso sí, entre semana, nunca antes de las 8 de la mañana ni después de las 9 de la noche, y respetando la duración y características del proyecto.
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