Berlinale: Winterbottom y la violencia

  • Provocó la repulsa de parte del público con 'The Killer Inside Me'.
  • La  cinta muestra varias brutales palizas a mujeres.
  • Gerard Depardieu, enorme en la mediocre 'Mammuth'.
El director británico Michael Winterbottom llega al estreno de su película 'The Killer Inside Me' acompañado por sus hijas Anna (i) y Ruth (d).
El director británico Michael Winterbottom llega al estreno de su película 'The Killer Inside Me' acompañado por sus hijas Anna (i) y Ruth (d).
EFE
El director británico Michael Winterbottom llega al estreno de su película 'The Killer Inside Me' acompañado por sus hijas Anna (i) y Ruth (d).

Y, el penúltimo día, Michael Winterbottom se puso violento. El inglés lleva años mostrándose como uno de los cineastas más imprevisibles, saltando de un género a otro y alternando grandes películas (24 Hours Party People, Tristam Shandy), con obras menores y maniqueas (como su penúltima cinta, The Shock Doctrine), pero se le esperaba con impaciencia en la Berlinale, donde aterrizó con The Killer Inside Me, a la que ya precedía su fama de dura, desagradable, brutal.

De paliza en paliza

The Killer Inside Me, rodada en EE UU y con estrellas de Hollywood como Casey Affleck, Jessica Alba o Kate Hudson, es un drama despiadado sobre el siniestro sheriff de un pequeño pueblo de Texas. Bajo una fachada tranquila y, casi, angelical, el protagonista Lou Ford (encarnado por Affleck) esconde a un maltratador de mujeres que, según avanza la cinta, comete actos cada vez más atroces.

Para mostrar su descenso a los infiernos, Winterbottom no aparta la cámara de sus actos más viles, sino que se recrea en ellos. El resultado: algunas de las secuencias más insoportables vistas en una Berlinale, por otro lado, bastante dura. Durante la película, vemos al menos tres brutales palizas a Alba y Hudson, lo que provocó que varios espectadores no esperasen al final para abandonar el cine.

Durante la rueda de prensa, en la que Winterbottom fue recibido con aplausos pero también con algún abucheo, el director se puso a la defensiva y prefirió responder con evasivas a cualquier pregunta comprometida. Interrogado sobre por qué mostrar imágenes tan violentas, el inglés optó por escudarse en la novela en la que se  basa la cinta: "Los libros de Jim Thompson van más allá de la mera violencia como entretenimiento", afirmó, "rebuscan el origen de esa violencia, cómo se desarrolla y termina destruyéndonos internamente". Otro periodista, directamente, le acusó de mostrar a un psicópata "plano, lleno de clichés y mal explicado".

El gigante Depardieu

Menos agria, aunque también con mucha amargura, la francesa Mammuth al menos provocó las carcajas de gran parte del público. La película se sostiene sobre un inmenso, en todos los sentidos, Gerad Depardieu, que interpreta a un jubilado prematuro que regresa a los distintos lugares donde ha trabajado para obtener los certificados que le permitan conseguir una pensión algo mejor. Aunque arranca de forma interesante, pronto la cinta empieza a perderse en escenas cada vez más bizarras y, sobre todo, en un pretendido lirismo que difícilmente llega a emocionar. Depardieu, eso sí, ofrece una exhibición actoral, y también resulta interesante poder volver a contemplar a la bella Isabelle Adjani.

La tercera película del día fue la danesa Una familia, otro drama para terminar de alegrar la jornada. La cinta versa sobre un patriarca enfermo de cáncer que, antes de morir, quiere asegurarse de que la panadería que regenta será bien dirigida por sus herederos. Por supuesto, éstos no están demasiado por la labor. Discreta, pasó sin pena por gloria por un día sacudido por los puñetazos cinematográficos de Winterbottom.

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