El sur y el este se hunden en el paro

  • Parla, Arganda y Valdemoro son los municipios con mayor porcentaje de población en paro.
  • En el lado contrario están Pozuelo, Tres Cantos y Boadilla.
  • La causa está en la debilidad de las empresas.
Seis parados de Parla, de cuatro familias distintas, junto al tranvía de su ciudad.
Seis parados de Parla, de cuatro familias distintas, junto al tranvía de su ciudad.
JORGE PARÍS
Seis parados de Parla, de cuatro familias distintas, junto al tranvía de su ciudad.

La crisis económica no afecta a todos los municipios por igual. No es lo mismo vivir en Parla que hacerlo en Pozuelo. Los segundos no tienen muchas dificultades para encontrar empleo; los primeros tienen que remover cielo y tierra para conseguirlo.

Parla tiene los niveles más altos de paro de la región: el 16,5% de sus habitantes en edad de trabajar (16-65 años) están desempleados. En Pozuelo, en cambio, están en el INEM el 5,5% de sus vecinos de esa edad. Éste es el parámetro utilizado por los expertos para comparar el paro por municipios, dado que la Encuesta de Población Activa (usada para la tasa de paro) no se elabora a nivel municipal.

El caso de Parla se extiende como un cáncer a todo el sur y el este de Madrid. Arganda (13,8%), Valdemoro (13,2%) y Fuenlabrada (13,1%) le siguen. La causa de esa debacle está en la debilidad de sus empresas: "En el sur y el Henares hay industrias menos tecnológicas, más tradicionales y orientadas hacia el comercio local, sin relación con el exterior", explica José Carrasco, profesor de Economía de la Rey Juan Carlos.

Pymes débiles

Además, "allí la economía gira en torno a pymes y autónomos, a los que la crisis ha golpeado con más fuerza", añade Roberto Centeno, catedrático de la Autónoma. Todo lo contrario que en el oeste y el norte de la región, donde se concentran los pueblos con menos paro: Pozuelo (5,5%), Tres Cantos (6%) y Boadilla (6,2%). Son municipios con alto nivel de renta y donde se concentran las grandes empresas y multinacionales que operan en España.

Los ayuntamientos afectados reconocen que ha llegado la hora de instalar polígonos tecnológicos y de formar a los trabajadores menos cualificados. Durante los años de bonanza, sólo se invirtió en la construcción y el comercio. "No estábamos preparados para soportar una crisis tan dura", lamenta el concejal de Empleo de un pueblo del sur.

Un plan para sacar al sur del agujero

Los alcaldes del sur se sienten "con las manos atadas" en la lucha contra el paro. La concejala de Empleo de Fuenlabrada, Raquel López, recuerda que las ciudades del sur han pedido un Plan Estratégico para "sacar a la zona del olvido". En Parla, el municipio más castigado, creen que la responsabilidad del atraso del sur es de la Comunidad. La Consejería de Empleo responde que en 2009 invirtió 115 millones en políticas de empleo.

Parla, la ciudad adormecida

Industrias estancadas, negocios al borde de cerrar y miles de dramas familiares. 20 minutos pone cara al desempleo en Parla.

David (34 años) se motiva por las mañanas para salir a buscar trabajo. Lleva dos años en paro y ya ha desistido de buscar en Parla, su ciudad. "No hay nada, los comercios cierran y los polígonos están desiertos. A los parleños sólo nos queda irnos a Madrid", cuenta.

Su madre, Sara (62), tiene su propio drama. Sus tres hijos y sus nueras están en paro, y su matrimonio está a punto de romperse: "Esta crisis ha sido la puntilla... Cuando veo que mis hijos, tan jóvenes, no pueden tirar p’alante me agobio. Si al menos pudiera ayudarlos...", lamenta Sara con resignación.

La juventud de Parla ya no sabe dónde acudir, pero pocos se quejan. Están igual de adormecidos que su ciudad. Se ven obligados a hacer chapuzas aquí y allá para pagar la hipoteca, los pañales y la luz, como el marido de Conchi (32). Ella también está en paro: "En abril se me acaba la prestación y ¿qué haré? Con los niños nadie me da trabajo y no tengo dinero para llevarlos a la guardería".

La familia de José (58) está al borde de la desesperación. Él es pintor autónomo y nadie le llama ya para trabajar. "Me he aburrido de buscar, no hay obras. Si no tienes estudios no hay nada que hacer", se queja. Su hija, Raquel (32), no tiene "ni para comer" y le han cortado la luz. Acude a asociaciones para que la ayuden con la leche de su bebé de seis meses. "El padre nunca se ha hecho cargo y ahora me lo quiere quitar. Acabaré en una casa de acogida", explica casi llorando.

El futuro es negro. Los negocios no saben cuánto más podrán aguantar, como el bar de Óscar (37): "Todo son obstáculos, impuestos, pagar el autónomo..., ¿así cómo voy a contratar a gente?".

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