Jaime Chávarri (director de Camarón) tardó dos años en aceptar el proyecto de la película. ¿Y usted?

Un par de días. Cuando me llegó todo el tema recopilé información y me pregunté si iba a ser capaz de hacerlo dignamente. Y decidí que sí.

¿Qué le daba más respeto del personaje?

Conseguir parecer gitano.

¿Cómo lo preparó?

Con actuaciones y conciertos. Me he dedicado a ver, mover y sacar la lengua repitiendo hasta que me saliera de manera espontánea. Luego fui a San Fernando para hablar con La Chispa (la viuda del cantaor), sus hijos... Se trataba de llevar a casa al personaje y dormir con él.

¿Ha sido el más complicado que ha interpretado?

Es uno de los más difíciles, pero tuve uno en teatro que me llevó la vida. Y hacer de Papá Noel por las calles de Barcelona para ganarme un dinero, ése sí que fue difícil.

Antes de rodar la película, ¿era seguidor del flamenco?

No. Para aprender me metí seis meses en la escuela Amor de Dios. El profesor era Enrique Pantoja, amigo personal de Camarón, que a la vez que me instruía me ayudaba con el personaje.

Le interesa lo que piensa La Chispa. ¿La crítica no le importa?

La crítica me da igual.

Después de Noviembre, ¿puede ser la oportunidad para consolidarse en el cine?

Creo que un Goya más bien quita cosas. A mí no me lo dieron por Noviembre y me va de puta madre. Así que espero seguir así.

En la película aparecen ciudades importantes para Camarón. ¿Cuál es la suya?

París… motivos personales.

Alfredo, su personaje en Noviembre, era un idealista. ¿Usted también lo es?

Sí. Soy un tocahuevos idealista. Sé que llegará el día en que me dé la hostia más grande que hay. Pero hasta entonces voy a seguir tocando los huevos y gritando, porque tengo la capacidad y la suerte de poderlo hacer.

¿El cine español está mal?

No. Hay una calidad artística brutal. ¡Los mejores directores están aquí! Pero, claro, quizá tengamos a la gente más ‘becerra’. No hay inquietud artística ni cultural y eso lo vamos a pagar.

Dígame una película española que valga la pena ir a ver.

Princesas. Es una maravilla.

¿Y una que no recomendaría nunca?

Nunca voy a criticar a los compañeros.

Bio

Barcelonés, de Esplugues de Llobregat, aunque vive en Madrid. Tiene 30 años. Entre otros sitios, trabajó en una coctelería.