El Hospital Virgen Macarena instaura una nueva técnica para detectar la reaparición del cáncer de tiroides

El Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, en colaboración con los Servicios de Radiología y Bioquímica, ha instaurado una nueva técnica que permite diagnosticar la posible reaparición del cáncer de tiroides tras la cirugía, mediante un nuevo estudio analítico.

Esta enfermedad es la neoplasia endocrina más frecuente y supone el 1 por ciento de todos los cánceres en el ser humano. Pese a que por lo general es poco agresiva, las recaídas en el paciente intervenido suelen ser frecuentes.

En concreto, los especialistas Tomas Martín y Alberto Torres, de la Unidad de Tiroides, en colaboración con los doctores Pedro Yáñez y Félix Elorza, han demostrado que la determinación analítica de la tiroglobulina, 'Tg-PAAF', en los ganglios cervicales de los pacientes con cáncer de tiroides es una técnica útil para el diagnóstico de la reaparición de este cáncer.

El estudio ya ha sido publicado recientemente en la revista 'Endocrinología y Nutrición' bajo el título, 'Utilidad de la determinación de tiroglobulina en aspirado de ganglios linfáticos de pacientes con carcinoma papilar de tiroides y anticuerpos antitiroglobulínicos positivos'.

Los pacientes que padecen este tipo de tumores son sometidos a la extirpación de la glándula tiroides mediante cirugía y la destrucción de las células normales y tumorales restantes. Tras este tratamiento, son controlados habitualmente a través de la determinación de la presencia en la sangre de tiroglobulina, una proteína que producen las células tiroideas normales y patológicas.

Una elevación de esta proteína, con posterioridad al tratamiento, significa que el cáncer de tiroides sigue presente o que ha reaparecido en algún lugar del organismo y hace necesario practicar diversas pruebas para localizarlo. Sin embargo, algunos pacientes desarrollan durante el seguimiento de la enfermedad, o con carácter previo, anticuerpos contra esta proteína, llamados 'anticuerpos antitiroglobulina', lo que ocasiona que su determinación carezca de valor diagnóstico.

En estos casos, se realizan diferentes pruebas diagnósticas para determinar si existen lesiones cancerosas: los llamados 'rastreos con Iodo-131', la realización de un 'PET-TAC', que combina la Tomografía por Emisión de Positrones (PET) y la Tomografía Axial Computerizada (TAC), y, fundamentalmente, la ecografía cervical, dada la alta frecuencia de que la reaparición sea en los ganglios linfáticos del cuello.

Estos diagnósticos deben ser confirmados mediante la obtención de una muestra de la lesión sospechosa mediante una punción con aguja fina guiada por ecografía. Dado que estos estudios no siempre pueden confirmar el diagnóstico (hasta un 5 ó 10 por ciento no son útiles o bien representan falsos negativos), se han desarrollado otras técnicas como la determinación de los niveles de tiroglobulina en las adenopatías o ganglios sospechosos cervicales.

La innovadora técnica diagnóstica se aplica en la clínica diaria con resultados que demuestran su validez, aún cuando la persona haya desarrollado anticuerpos antitiroglobulina. Además, permite identificar con mayor exactitud que la citología la reaparición del cáncer de tiroides en los ganglios de los pacientes. Asimismo, posibilita realizar un diagnóstico precoz de la extensión de esta patología oncológica, de modo que permite decidir si es necesaria la extirpación de los ganglios del cuello que pudieran estar afectados.

En aquellos pacientes donde la recurrencia del cáncer de tiroides esté localizada en pocos ganglios linfáticos del cuello, el nuevo avance diagnóstico permitirá a los especialistas aplicar tratamientos locales como la esclerosis con etanol u otras sustancias, lo que evita intervenciones innecesarias o muy agresivas.

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