En estos tiempos de tripletes y ‘sextetos’ futbolísticos nacidos al son del juego del Barça, el Ciudad Ros Casares de baloncesto puede presumir de un más difícil todavía: el haber encadenado los últimos once títulos nacionales. Cuatro Copas de la Reina, otras cuatro Supercopas de España y, de momento, tres Ligas han ingresado en su sala de trofeos desde 2006.

"¿Vértigo? Valoramos los triunfos, por supuesto; pero no miramos hacia atrás, sino hacia al futuro. Desde que comenzó este proyecto la premisa fue la misma: con trabajo y ambición, ser el club más grande de España y se capaz de competir con los grandes en Europa", explica a 20 minutos Carme Lluveras, mánager desde febrero de 2006.

El Ros Casares nació sobre los cimientos de un histórico del baloncesto femenino: el Godella, todo un campeón continental del que heredó sus derechos deportivos. En la campaña 1998-99, el club pasó a estar gestionado por la actual Corporación Ros Casares, líder del sector siderúrgico, y en 2001 se mudó a Valencia.

El sueño es la Euroliga, donde alcanzó el subcampeonato en la temporada 2006-07 y cayó en los cuartos, antesala de la Final four, en las dos siguientes. "No es una espina", dice Lluveras, consciente del potencial del baloncesto ruso.

Habrá quién piense que tanto éxito llega porque no hay competencia de nivel...
Cuando se encadenan 11 títulos el público se acostumbra y piensa que todo es facílisimo. Pero la presión aumenta: somos el rival a batir.

¿Algún título especial?
Todos son importantes. Aunque sea un tópico, ganar cada día es más difícil... Si logramos una Euroliga, ésta tendrá un lugar preferente.

Pero se les resiste...
La merecemos, pero el deporte no entiende de justicias o injusticias. En la Euroliga hay clubes complicados.