El Ayuntamiento de Madrid no ha adaptado aún las sirenas de los vehículos del Cuerpo municipal de Bomberos a las normativas sobre ruidos debido al "apego" que estos profesionales tienen a los actuales sistemas sonoros, según explicó este lunes el director general de Emergencias y Protección Civil, Alfonso del Alamo, en la comisión ordinaria de Seguridad y Movilidad.

El edil de IU Ángel Lara preguntó sobre la adaptación de las alarmas de bomberos a la nueva normativa medioambiental acústica, que limita a entre 70 y 90 decibelios medidos a tres metros de los vehículos de emergencias el ruido que se puede producir de noche en zonas habitadas, un cambio que debía entrar en vigor como máximo en octubre de 2008.

Sin embargo, la adaptación se ha producido ya en los coches de Policía Municipal y Samur-Protección Civil pero no en los de bomberos, para lo que aún se debe hacer "un diagnóstico de la flota, determinar el cronograma de la adaptación y hacer un estudio presupuestario", por lo que del Álamo indicó que los 126.064 euros necesarios para realizar el cambio se incluirán en las cuentas de 2010.

"Arraigo profesional"

"El sistema predominante actualmente es la trompeta neumática bitonal, que no permite su adaptación a las exigencias de atenuación día-noche, por lo que hay que instalar un equipo electrónico completamente nuevo. De los 198 vehículos con sistemas acústicos, 174 precisan una equipación nueva del sistema de aviso sonoro, lo que obliga a planificar para no retirar del servicio las unidades necesarias para prestarlo", apostilló.

Según él, el retraso en el cumplimiento del Real Decreto se debe, por una parte, a que en el Cuerpo de Bomberos los vehículos son propiedad municipal y no de renting, lo que alarga el proceso de cambio de contratos y, por otra parte, el hecho de que "el uso de determinadas sirenas tiene un arraigo profesional que ha limitado la capacidad del Ayuntamiento por la resistencia (de los bomberos) a cambiar de sirenas".

Ante esta afirmación, Lara criticó los dos años de retraso con que se implementará el decreto, e ironizó con que eso sucederá "siempre y cuando los bomberos puedan superar esa irreparable pérdida". "El Ayuntamiento no modera el estruendo de las sirenas de los bomberos, no porque no quiera, sino porque los propios bomberos tienen un apego especial a los insoportables decibelios que generan. Este 'componente sentimental' obliga a incumplir la propia ordenanza del ruido del propio Ayuntamiento y también la ley estatal", zanjó.