El ministro de Exteriores alemán no cree que su homosexualidad plantee problemas

Guido Westerwelle, ministro de Exteriores alemán.
Guido Westerwelle, ministro de Exteriores alemán.
AGENCIAS
Guido Westerwelle, ministro de Exteriores alemán.

El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, no espera que su homosexualidad genere ningún problema en la política exterior y recuerda que Alemania eligió como canciller a Angela Merkel, pese a que en algunos países la mujer sufre de sistemática represión.

"Llevo casi nueve años como presidente del partido y como tal he hecho regularmente viajes oficiales al extranjero", apunta el líder del Partido Liberal (FDP), en declaraciones al semanario Der Spiegel.

En todo este tiempo "nunca se ha dado ni una sola dificultad o situación embarazosa por el hecho de que viva con un hombre", prosigue Westerwelle.

"Por lo demás, sería un fracaso moral, si dejáramos limitar nuestras libertades porque otros no las comparten", concluye el líder del FDP y vicecanciller del gobierno de centro-derecha de Merkel.

A diferencia de otros políticos, como el socialdemócrata Klaus Wowereit, alcalde-gobernador de Berlín, que en su momento hizo pública su homosexualidad; Westerwelle nunca la proclamó de manera explícita, sino que simplemente no la esconde y aparece regularmente en público con su pareja, Michael Mronz.

En Alemania la cuestión no ha suscitado comentarios, y el único reparo que los medios de comunicación pusieron a su nombramiento como ministro de exteriores consistió en que, tradicionalmente, se le había identificado con el ámbito económico.

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