Pocas experiencias musicales aseguran una riqueza de sensaciones y una paleta de colores tan exuberante como la que ofrecen hoy en día Soulsavers, proyecto formado por Rick Machin e Ian Glover. Este particular e inquieto dúo de productores británicos, después de abrazar la electrónica y el trip-hop con Tough Guys Don't Dance y virar al gospel y al blues con It's Not How Far You Fall, It's The Way You Land, acaban de descolgarse con Broken, su disco más rockero y contundente.

Mark Lanegan, ex vocalista de Screaming Trees, les acompaña por segunda vez en la aventura. Mike Patton y Richard Hawley, entre otros, han querido sumarse a la aventura, y desde luego las constantes de Soulsavers permanecen grabadas a fuego. Su riqueza de registros puede desconcertar a algunos, pero es evidente la inclinación de Machon y Glover por las atmósferas lóbregas y enrarecidas, por la melancolía y la crudeza, por los recovecos más nocturnos del mundo.

Por su parte, la voz de Mark, profunda y arrebatada, y más protagonista que nunca, guía con firmeza la nave, que surca más océanos de guitarras y de distorsión que nunca.

Todo ello podrá constatarse en España estos días, ya que Soulsavers y Mark Lanegan son los teloneros de los conciertos de Depeche Mode (el pasado jueves en Valencia, los días 16 y 17 en Madrid, y el 20 y 21 en Barcelona) y ofrecerán, por cortesía de Miles Away, dos actuaciones en solitario: hoy en la capital, en la sala Ramdall, y el 19 de noviembre en la sala Razzmatazz, local barcelonés.