La edición francesa de Vogue ha sido acusada de racismo tras la publicación de su último número. En éste se incluye una sesión fotográfica con la top model holandesa Lara Stone, en la que la joven, de 25 años, aparece pintada de negro (ella es de raza blanca) para algunas de las instantáneas.

De esta forma, en las polémicas imágenes, la modelo trata de emular a una mujer de raza negra, lo que enseguida fue objeto de numerosas críticas. Y es que, como muchas agencias de modelos han querido resaltar, las mujeres de color se encuentran con muchos obstáculos dentro del mundo de la moda, y esta sesión no hace más que recrudecer esta realidad.

Directamente se pinta de negro a una mujer blanca, evitando así, como muchos han interpretado, el uso de una modelo de color.

El reportaje fotográfico ha sido tachado, como señalan desde la web de Daily Mail, de "culturalmente insensible" y de "falta de tacto" por muchos blogueros especializados en moda. Las críticas se han dirigido especialmente hacia Carine Roitfeld,  directora de Vogue París, y Steven Klein, el fotógrafo de la sesión.

Desde el site Jezebel se criticaron duramente las imágenes: "Klein y Roitfeld deberían saber que pintar a gente blanca de negro para el entretenimiento de otra gente blanca, es ofensivo".

El grupo anti racista SOS Racisme acusó a la revista de "falta de tacto". El francés Dominique Sopo, presidente de la organización, declaró: "Si el objetivo era artístico,  y no el de hacer pasar a una modelo blanca por negra, las reacciones a la sesión son muestra de que el mundo de la imagen está pagando por su larga tradición de no permitir a mujeres negras mostrar sus cuerpos en público".

Los responsables de la revista se han pronunciado al respecto y han asegurado que jamás se hubieran imaginado tal reacción por parte del público, aunque no han querido señalar nada más por ahora.