Podríamos definir a Rick Taylor, protagonista de Splatterhouse desde que salió en formato recreativa en el año 1988, como un cruce entre Jason Voorhees (asesino de Viernes 13) y Don Quijote. Es un estudiante que va en busca de su amada, que ha desaparecido dentro de la maldita Mansión West. Y, cómo todo héroe ochentero, tendrá que vérselas por ello con infinidades de malvados seres surgidos del infierno para poder rescatarla.

También es un héroe con poderes. En este caso, los que le ofrece llevar siempre puesta la máscara del terror (de nuevo inspirada en Viernes 13), capaz de convertirle en una especie de bestia capaz de acabar con sus enemigos, no sin antes arrancarles las extremidades, o dejar sus órganos internos tomando el sol.

Pero, en definitiva, lo que hace especial a Rick Taylor es que es uno de los pocos personajes genuinamente gores que existen en el mundo de los videojuegos. Fué polémico cuando nació hace más de 20 años, por la increíble carga de violencia sin sentido que le rodeaba, y lo será mucho más ahora, cuando nos llege con toda la crudeza que pueden mostrar las consolas de la actual generación.

De momento quedan meses para saber si el remake respeta el increíble final del original. Para conseguirlo han contratado a Dave Wilkins, dibujante de Marvel, para realizar el diseño, y al guionista de Juez Dredd Gordon Rennie. Por lo que, el próximo mes de junio, podremos esperar pasar un buen rato en PS3 y Xbox 360, lleno de sangre y vísceras, con Rick Taylor como protagonista.