Tiene cara de niño bueno, y gafas de intelectual que sólo se pone a veces, y ojos pequeños y templados, y trajes impecables, y cara fina, y el pelo bien cortado, y camisas blancas y jerseys de pico como los que probablemente vestía de pequeño cuando estudiaba en el colegio Mirabal, un centro privado, laico, de Madrid; y parece un poco forzado ante las cámaras y un poco tímido y un poco pijo, aunque es simpático, y demasiado atento a las instrucciones que le dan sus compañeros de plató, y se trabuca o, a veces, sale airoso. Está aprendiendo.
"Hijo de..., novio de..."
Se llama Gonzalo pero los semanarios y contertulios televisivos prefieren referirse a él como "el hijo de la desaparecida Pilar Miró" (sólo durante algunas temporadas pasó a ser, además, "el novio de Eugenia Martínez de Irujo", "el ex novio de Natalia Verbeke", "el pupilo de Felipe González" o, incluso, “el protegido de Concha García Campoy”).
El vástago de una de las cineastas más respetadas del cine español asume esta etiqueta en parte con orgullo ("el 90 % de lo que soy se lo debo a mi madre", dirá), en parte con resignación. Presiente que esa puntualización alberga un reproche velado, ¿o quizá es la envidia? Él mismo ha reconocido en público que el ser hijo de quien es le ha abierto muchas puertas, aunque insiste en que quiere trabajar y que tiene ganas de demostrar que no está en la vida para vivir del cuento. Quiere, insiste, "tapar bocas".
Dicen que de pequeño quería ser futbolista, pero después optó por seguir los pasos profesionales de su madre. Dejó a medias la carrera de Periodismo y, luego, la de Comunicación Audiovisual. En 2005, tras vender el chalé en el que había vivido con su madre, viajó a Nueva York para realizar un curso de cine en una de las escuelas más prestigiosas y para, declaró, "empezar de cero".
A su regreso colaboró en espacios de televisión (el más reciente, el de Las Mañanas de Cuatro). Fue embajador de unas bodegas, jurado de Súper Modelo 2007, pregonero de las fiestas de Chueca, modelo de pasarela, entrenador de equipos infantiles de fútbol y asiduo de fiestas y estrenos.
Confiesa que no tiene una vocación clara, que no se siente aún preparado para rodar cine y que, "salvo del Atlético de Madrid", nunca se ha sentido realmente de nada. Mientras, sigue aprovechando las oportunidades que le da la vida. Al fin y al cabo, ¿qué otra cosa podía hacer?
Una soledad acompañada
Hijo único de Pilar Miró, a los 16 años sufrió la pérdida repentina de su madre. Sin padre conocido, fueron sus amigos y su tutor -el ex presidente del Gobierno Felipe González- quienes le ayudaron a sobrellevar este duro golpe. No le importa confesar que desde los 18 va al psicólogo. En el plano amoroso, su primera novia conocida fue la actriz Natalia Verbeke, con quien estuvo a punto de casarse. Una vez rota su relación, la actriz le acusó públicamente de querer estar, a toda costa, en el candelero.
Después llegaría Marta Torné (actualmente, en la serie El Internado), y en 2005, el amor de Eugenia Martínez de Irujo. Tras cuatro años juntos, el noviazgo con la hija de la duquesa de Alba se rompió antes del verano. Ahora Miró ha hecho pandi con Willy Toledo y Fernando Tejero. Con ellos se va de copeteques.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios