Una gran tormenta de polvo hizo amanecer este miércoles Sidney, la mayor ciudad de Australia, bajo una espectacular luz roja y paralizó la actividad a primera hora de la mañana, informaron testigos y fuentes oficiales.
La tormenta de arena, procedente del desierto del interior del país, empezó durante la noche y afectó a gran parte del estado de Nueva Gales del Sur, con vientos superiores a los cien kilómetros por hora.
El transporte público quedó suspendido y las autoridades sanitarias emitieron una alerta para que los ciudadanos con problemas respiratorios, asma, o problemas de corazón no salgan a la calle.
Vuelos retrasados
Varios vuelos internacionales tuvieron que ser retrasados o desviados a Melbourne y Brisbane, mientras que los transbordadores del puerto fueron cancelados por la escasa visibilidad.
Según los testigos, el tono rojizo de la nube de polvo daba la impresión de que un enorme incendio forestal rodeaba la ciudad.
Los meteorólogos advirtieron de que la tormenta iba a continuar durante los próximas horas, con vientos de cada vez mayor intensidad.
A primera hora de la mañana, la arena cubría desde Newcastle, unos 160 kilómetros al norte de Sidney, hasta Dubbo, 500 kilómetros al interior y Wollongong, 85 kilómetros al sur, donde las lluvias crearon un aguacero de lodo.
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