"No le dio tiempo a defenderse. No hubo palabras. Se abalanzó y le apuñaló"

El presunto asesino de Carlos Palomino, Josué Estébanez, durante la primera sesión del juicio.
El presunto asesino de Carlos Palomino, Josué Estébanez, durante la primera sesión del juicio.
EFE
El presunto asesino de Carlos Palomino, Josué Estébanez, durante la primera sesión del juicio.

Los amigos de Carlos Palomino que presenciaron su asesinato en el metro de Legazpi coincidieron este miércoles en señalar durante su testifical que no le dio tiempo a defenderse al verse sorprendido por el ataque de Josué Estébanez de la Hija, quien le asestó "sin mediar palabra" una puñalada certera en el pecho que acabó con su vida minutos más tarde.

"No le dio tiempo a defenderse. No hubo intercambio de palabras. Su asesino se abalanzó directamente y le apuñaló", relató uno de los testigos protegidos que compareció en la segunda sesión de la vista oral. El joven explicó que Josué, quien se enfrenta a 29 años de cárcel, amenazó a todas las personas que intentaron desarmarle. "Os voy a matar a todos, guarros de mierda", les profirió el acusado desde el interior del convoy, al tiempo que les gritaba Seig Heil con el brazo en alto --saludo hitleriano-.

Otro de los testigos directos certificó que el procesado ocultó el arma que portaba tras su espalda, momentos antes de que Palomino, de 16 años, y sus acompañantes entraran en el vagón del metro donde se produjeron los hechos. La preparación del arma es una de las circunstancias por las que la fiscal califica la muerte de Palomino de asesinato y no de homicidio, lo que implica que la petición de pena sea mayor (17 años).

"Estaba en una esquina con el cuchillo preparado, oculto detrás de la espalda. Carlos se acercó y le dijo: ¿Y esa sudadera? --de la marca neonazi Three Stroke--. El chico directamente le apuñaló", comentó. "Todo fue muy rápido. Empezamos a decir que llevaba un pincho. Cuando nos quisimos dar cuenta, ya habían apuñalado a Carlos", lamentó. Una de las chicas que declaró contó que al ver la navaja, intentó "avisar a Carlos". "Cuando le grité cuidado, el otro tenía la navaja en el aire", apuntó.

No iban armados

Los jóvenes manifestaron a la Sala que no iban armados, sino que llevaban silbatos para que no se escucharan "las consignas racistas" que se iban a gritar en la manifestación de Democracia Nacional. El abogado de la defensa inquirió a los testigos si vieron a los jóvenes que portaran "navajas, puños americanos, palos o bates de béisbol", a lo que contestaron que "no".

Esta pregunta provocó malestar entre los familiares de la víctima. También les molestó que el letrado insistiera en preguntar a los testigos acerca de que si un grupo de 50 antifascistas se arremolinó en la puerta del vagón en el que se encontraba Josué. De este modo, pretendía dar credibilidad a la declaración del agresor, quien aseguró que apuñaló a Palomino al sentir "miedo" por verse acorralado de personas armadas.

Asimismo, los vigilantes del Metro que auxiliaron a la víctima explicaron que antes de producirse la agresión "no había ninguna alteración" en la estación del metro. "No llevaban ni banderas ni palos. Bajaban correctamente. Hablando entre ellos. A uno le pregunte a dónde iban, y me dijo que a un partido del Getafe", comentó uno de los vigilantes.

Al concluir la vista, la madre de Palomino, Mavi Muñoz, valoró positivamente que los testigos y los vigilantes del Metro manifestaran que "nadie le intentó agredir --a Josué--, sino que sólo le intentaron desarmarle". "La verdad sólo tiene un único camino", apostilló Mavi, quien criticó la actitud del abogado al intentar rabiar a los testigos. "¡Qué me pregunte a mi que es sentir rabia!", le espetó.

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