Luis Tosar y Daniel Monzón, el talento se esconde detrás de la 'Celda 211'

  • Contaron con la opinión de un preso histórico español para preparar al personaje protagonista.
  • La cinta se ha llevado una de las mayores ovaciones del festival.
  • Tosar, sobre el Goya: "Menos mal que soy un descreído para esto".

Daniel Monzón y Luis Tosar, caras visibles de Celda 211, acuden a la cita exhaustos. No han parado en todo el día con las entrevistas de promoción y acaban de hacer su primer parón, cerca de las seis de la tarde, para tomarse un zumo de kiwi. "Pruébalo, te da un subidón!", bromea Monzón.

El tándem Monzón-Tosar se ha encargado de parir una de las cintas con mayor respaldo del público en esta Mostra. "Nos tuvimos que marchar nosotros después de las preguntas del público porque ya no había tiempo para más. ¡No se querían ir!", asegura sorprendido el director. Su cuarta película narra la historia de un funcionario de prisiones que se ve envuelto en un motín en su primer día de trabajo.

"No lo considero un drama de prisiones, es una historia de personajes. No es que no la considere una cinta de género, pero me interesa describir a una serie de personas", explica Monzón. El director incluye en el fresco carcelario de Celda 211 a un trío de presos etarras, claves en la evolución de la historia, un elemento que trató con cuidado para no caer en lugares comunes: "Es un tema en el que tenía que mojarme, pero no quería ser cobarde con el tratamiento que les daba. Me tranquilizó saber la opinión de mucha gente que leyó el guión y me dio su visto bueno al dibujo de los personajes".

De la celda de Monzón destaca (y ya se van acabando los calificativos) la actuación de Luis Tosar, a la que los medios españoles no han dudado en calificar ya, de candidata (y posible vencedora) de un Goya. Tosar le resta importancia, "me voy a empezar a ruborizar", bromea. Y puntualiza: "Menos mal que soy un descreído, que si no...".

Malamadre, inspirado en un preso histórico español

Su personaje, Malamadre, está inspirado en gran medida en un preso histórico español, del que no pueden revelar el nombre. Un tipo, "del que saqué parte de la actitud corporal", explica. "Había una tensión, una ballesta a punto de ser disparada en este tipo, a pesar de que hablábamos en una situación tranquila. Su gesto natural al entrar al vis a vis fue ponerse de espalda a la pared para tenernos a todos en su arco de visión", comenta Tosar.

El personaje no acaba ahí. Tiene "retazos de Daniel Day-Lewis en Gangs of New York, aunque son personajes que no tienen nada que ver, quizá por su trabajo histriónico. Y luego gente que conozco; el preso histórico; gente de la calle;, un amigo mío de muchos años que tiene la voz muy cascada, un macarrón; hay homenajes concretos a otros amigos. Es una especie de Frankenstein", subraya.

Para el rodaje, Monzón contó con presos de tercer grado entre los extras para añadir un plus de veracidad al proyecto, lo que provocó situaciones curiosas. "Las jerarquías de la ficción se iban solidificando en la realidad. Al final había un cierto respeto a mi personaje y la gente mandaba callar porque yo hablaba", cuenta entre risas Tosar. Pero el más aplicado de todos fue, "el asistente personal del señor Monzón", dice el protagonista. "Un tipo que siempre le aconsejaba y tenía más notas en el guión que todos los figurantes", declara entre carcajadas.

Celda 211, que llega a las salas españolas el 13 de noviembre, aún tiene un periplo festivalero importante por atravesar. De Venecia marchan a Toronto, "una ciudad en la que -palabra de Luis Tosar- no hay nada que hacer", y de ahí a Sitges. "Ese festival sí que es divertido", certifica. El actor solo espera tener más tiempo libre para poder disfrutar del destino: "Desde que he llegado a Venecia solo he visto la ciudad una noche que fuimos a cenar". El resto del tiempo, de entrevista en entrevista.

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