En una terraza frente al Adriático -"Me encanta! es mucho mejor que hacer las entrevistas en el hotel"- Eva Mendes recibe a la prensa para promocionar su trabajo en Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans, cinta en la que comparte protagonismo con Nicolas Cage en la Mostra de Venecia.

Mendes, de antepasados cubanos, interpreta a una prostituta enamorada del teniente corrupto, un hombre adicto a la cocaína y metido en trapicheos varios con gente de cualquier calaña. Su relación es de las pocas situaciones estables que vive el personaje: "El personaje de Cage siempre llega en el último momento para salvarla, tienen una conexión especial". Una química que, a nivel personal, cree que solo "se da una vez en la vida", como la que tiene mi personaje.

Pese a haber nacido en Estados Unidos, Mendes sigue teniendo problemas para conseguir ciertos papeles. "Mis antepasados son cubanos y me ha causado más de un problema. Me han negado algunos papeles que quería interpretar porque la productora no quería darle un aire exótico al personaje. ¡Si soy norteamericana desde que nací! A Lucy Liu le ocurre lo mismo", se resigna.

Amiga de Penélope Cruz

Durante la entrevista no falta la habitual mención al cine de Almodóvar -"me encantaría trabajar con él", afirma-, aunque también confiesa su devoción por "el tipo que rodó Los otros... Amenábar!". Su relación con el cine español no acaba ahí. Mendes presume de su amistad con Penélope y alaba su talento: "No se siente cómoda con el inglés pero lleva diez años trabajando para poder trabajar en ese idioma. A lo largo de su carrera ha demostrado que sabe escoger muy bien sus papeles y por eso tiene el Oscar. Estoy muy orgullosa de ella y también me sirve de inspiración".

La carrera de Mendes se ha movido en todo tipo de ámbitos. Ha protagonizado taquillazos (Ghost rider, A todo gas 2, Hitch) y también otras películas más modestas. "Intento ser honesta conmigo misma cuando esojo un papel. Trabajo en lo que me interesa, no me preocupa si es una película con un gran presupuesto o una más modesta", asegura.

La actriz asegura ser una profesional de los pies a la cabeza en cuanto se pone enfrente de la cámara. "Cuando ruedo me paso el día en el set o en el hotel, nunca salgo. Me centro por completo en la película", afirma la artista. El rodaje de Teniente corrupto no fue una excepción, a pesar de la fama de director problemático que tiene Werner Herzog: "No hubo ninguna locura en el set. Iba preparada y sabía donde me metía", comenta entre risas.

La agenda de Mendes está repleta. Tiene dos cintas pendientes de estreno y se rumorea su aparición en la tercera entrega de Resident evil. Mientras tanto, Mendes ha aprovechado la tarde para seducir a los fotógrafos. Esta vez, a los de la Mostra de Venecia.