La mujer condenada por beber cerveza será azotada al finalizar el Ramadán

  • Kartika, que tiene 32 años y es madre de dos niños, en principio parecía que había sido liberada por las autoridades de Malasia.
  • El Islam prohíbe beber alcohol a sus fieles.
  • La condena suscitó las críticas de las ONGs.
Kartika Sari Dewi Shukarno, en el vehículo que la trasladó a su casa.
Kartika Sari Dewi Shukarno, en el vehículo que la trasladó a su casa.
Zainal Abd Halim / REUTERS
Kartika Sari Dewi Shukarno, en el vehículo que la trasladó a su casa.

La mujer malasia que fue condenada a recibir 20 latigazos por beber cerveza recibirá su castigo una vez que termine el mes santo del Ramadán, según informaron las autoridades del estado de Pahang.

"El castigo no ha sido cancelado, se ha retrasado por el Ramadán", aclaró a la agencia Reuters el responsable de Religión, Trabajo Misionero y Unidad del estado, Mohamad Sahfri Abdul Aziz, después de que la mujer, Kartika Sari Dewi Shukarno, fuera excarcelada.

Kartika, de 32 años, la primera mujer condenada a recibir azotes en el país, fue trasladada a su casa desde la prisión en la que se iba a ejecutar el castigo, por lo que en un principio no se sabía si la sentencia había sido retrasada o retirada por el tribunal islámico que la juzgó y las autoridades tampoco habían especificado las razones por las que se había decretado su excarcelación.

La pena ha suscitado múltiples críticas por parte de grupos defensores de los Derechos Humanos, que denuncian la existencia de un sistema legal paralelo para los musulmanes en la multiétnica nación del sureste asiático.

En un primer momento, Kartika, que había aceptado el castigo, se negó a abandonar la furgoneta en la que fue trasladada a su casa si no se le entregaba algún documento en el que se explicara cuál es su estatus legal. "Estoy sorprendida y no sé muy bien qué decir", señaló poco antes de reunirse con su familia.

Un castigo asumido

Kartika, madre de dos niños, trabajaba como enfermera en Singapur hasta que fue acusada por un tribunal islámico de haber bebido cerveza, un castigo que había aceptado sin presentar reclamación.

Su padre, Shukarno Mutalib, dijo que la decisión podría burlar los principios del Islam, que prohíbe el consumo de alcohol a todos sus fieles. "Ya habíamos aceptado el castigo", señaló.

Aunque este tipo de penas están recogidas bajo el código civil de Malasia y de la vecina Singapur, ninguna mujer ha recibido este castigo en el país.

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