Agentes de la Policía Nacional han detenido al hijo de María Estela Espinosa Ruiz, la mujer de 45 años que este martes fue encontrada asesinada junto a su bebé de seis meses en el piso que ambos compartían en la calle de Luis Mitjans, en el distrito madrileño de Retiro, como presunto autor de las muertes, informó este miércoles la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

El detenido, Gabriel G. E., tiene 22 años y fue diagnosticado de una enfermedad mental. Pasada la media noche de este martes, agentes de un radiopatrulla de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana localizaban al hombre en la vivienda y lo trasladaban al grupo de homicidios. En una primera declaración, Gabriel confesaba su autoría.

El supuesto autor de los crímenes relató a los agentes que sobre las 7.30 h había golpeado a su madre con un martillo en la cabeza y a continuación, había asfixiado al bebé ahogándole en una bañera pequeña. Acto seguido, trasladó los cuerpos hasta la cocina, y procedió a abrir el gas. Después encendió la luz, según él, con la intención de provocar un incendio. Y como si nada hubiera pasado, abandonó el domicilio.

Sobre las 16.00 horas regresó al lugar del crimen, y tras comprobar que no se había producido el incendio, con un mechero prendió fuego en varios muebles de la casa, y se fue del lugar.

"No se le veía agresividad"

Por su parte, los vecinos aseguran que María Estela no salía mucho por la calle y que su pareja era un vecino más, afable y al que "no se le veía agresividad de ningún tipo".

"Ha sido bastante misterioso, porque el chico siempre conversaba con nosotros en la escalera", describía este miércoles por la mañana Diego, que vive justo encima de la casa, que también fue incendiada.

Por su parte, María Nieves aseguró que el novio de la fallecida frecuentaba las calles del barrio "un poquito más", pero que a ella se la veía "muy poco". "Yo no sabía ni siquiera que tenía un bebé", añadió esta vecina.

Todos los vecinos estaban consternados puesto que definen la zona como muy tranquila. Según describía Julio César, en el vecindario se sintió previamente "un olor de cortocircuito o de cable quemado", y después se empezó a reunir "gente conversando". "Me llamó la atención porque esto es muy tranquilo y silencioso", concluyó.