Una Madonna camaleónica y deslumbrante sacia en Madrid a cerca de 40.000 devotos

  • Saltó a la comba en minifalda, cantó en un Rolls Royce, jugó obscenamente con una guitarra, besó en la boca a una bailarina...
  • Como en Barcelona, la cantante homenajeó a Michael Jackson.
  • Este sábado concluirá en Zaragoza su minigira española.

Hacía 19 años que Madonna no actuaba en Madrid, pero los cerca de 40.000 devotos de la Reina del pop que asistieron este jueves a su concierto en el estadio Vicente Calderón vieron saciada su sed. Atlética, camaleónica y deslumbrante, la cantante demostró que aún le sobra energía para seducir.

Como ocurriera en su último concierto en Barcelona, Madonna tampoco llenó el aforo del estadio, de 50.000 personas, pero eso no hizo sino mejorar las posibilidades del público de disfrutar de un espectáculo de dos horas milimétricas y que colmó las fantasías de todo seguidor de la "ambición rubia".

Apareció despatarrada sobre un trono, saltó a la comba con una minifalda roja, cantó desde un Rolls Royce blanco, jugó obscenamente con una guitarra entre las piernas, besó en la boca a una de sus bailarinas, se puso un velo de novia, cantó sobre un piano oculta en una capa negra y, así, visitó cada una de las Madonnas con las que ha conquistado el trono del pop.

En las cerca de 40 canciones que desfilaron sin pausa, remezclándose consigo misma y con otros artistas, desde Britney Spears hasta Aerosmith, Madonna no dejó de lado su homenaje al que definió como "el mayor artista del mundo", el fallecido Michael Jackson, a quien recordó junto a sus bailarines con coreografías de temas como Billie Jean.

Acompañada de una docena de bailarines, y sobre un escenario que tan pronto se transformaba en una estación del metro de Nueva York como en una fiesta zíngara o en un ring de boxeo, la cantante no dio respiro a su público, tan atento a seguir el ritmo del espectáculo que apenas pudo distraerse en bailar.

Desde Celebration, un tema inédito que estará incluido en la recopilación de éxitos que publicará el próximo otoño, hasta éxitos de su último disco, como She Is Not Me o Give It To Me, o canciones que ya han cumplido los 25 años, como Dress You Up, desfilaron sobre un escenario con tres pantallas gigantes, desde el que la cantante se dirigió en varias ocasiones al público para decir frases que ya llevan su firma, como ese "estoy caliente".

Ha sido un espectáculo perfecto, es la reina y está en forma

"Ha sido un espectáculo perfecto, es la reina y está en forma", decía una seguidora al terminar el concierto, enmarcado dentro de la gira Sticky & Sweet, que tendrá su próxima cita el próximo día 25 en Zaragoza.

Y si algo ha quedado claro es que esta cantante, igual que puede acercarse al hip hop o al techno o a lo que se le ponga por delante, es capaz de atraer a todo tipo de público, incluso si las entradas valen un mínimo de 80 euros y pueden llegar a los 397.

Desde un obrero en paro de Valladolid, hasta Nacho Cano, desde una niña de 11 años a la que le encanta "como baila" a Belén Esteban, entre el público había de todo, y por supuesto, muchos sombreros de copa rosas.

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