Los abonos de transporte público existentes en Barcelona (T-10, por ejemplo) son más económicos que en otras ciudades europeas, pero los usuarios más habituales (estudiantes o trabajadores) carecen de las tarjetas con grandes descuentos que sí hay en otros sitios.

Es la conclusión más destacada del Estudio de políticas tarifarias para usuarios habituales, presentado ayer por CCOO, que advierte que los usuarios habituales en España pagan más que en el resto de Europa. «Y esto es más notable en Barcelona o Madrid», subraya el responsable del Instituto Sindical del Trabajo, Manel Ferri. Con mayores descuentos, se fidelizaría mejor al usuario.

El sindicato lamenta que los descuentos en tarjetas mensuales o trimestrales sean limitados: «Quien usa una T-10 es un viajero inhabitual. Pero los que se desplazan sistemáticamente son los trabajadores y los estudiantes. Las reducciones tendrían que ser bastante significativas», comenta Ferri.

Y, más en concreto, para trabajadores (abono anual unipersonal vinculado a la movilidad obligada), estudiantes (entre los 16 y los 26 años que estudien tras la educación obligatoria, válido durante el curso académico) y jóvenes (hasta los 30, un título unipersonal). Habría que añadir títulos sociales (gratis o pagando poco para viudos, parados, discapacitados...).

Será a mediados de septiembre cuando entre en funcionamiento en Barcelona la tarjeta para niños hasta los 12 años, aunque los sindicatos piden que llegue a los 16. Lleida y Girona ya han anunciado esta misma medida.

Ahora bien, no todo es negativo. En el informe se citan varios ejemplos positivos. Uno de ellos es la T-Rosa (rebaja superior al 50% para jubilados o discapacitados) y la T-Jove (abono trimestral con un ahorro adicional del 15%).