La Policía de Nueva York podría estar investigando, según los medios, el comportamiento de Rihanna en la tarde del pasado miércoles, cuando se acercó a la tienda de tatuajes de un amigo, y acabó convirtiéndose ella en la tatuadora. Al parecer, el propietario del local, íntimo de la cantante, y otros dos trabajadores más, le habrían pedido a Rihanna que les tatuara un paraguas con su inicial.
En Nueva York, tatuar sin contar con la licencia requerida para ello constituye un delito menor, que le supondría a la artista unos cuantos euros de multa (aunque seguramente, en su caso, no constituyan un gran desfalco). En concreto, la cantante habría realizado tres tatuajes, lo que implicaría una multa de 200 euros por el primero, de 350 por el segundo, y de 700 por el tercero. En total, 1.250 euros.
Según informa la revista estadounidense
"Estábamos simplemente pasando el rato, bromeando y riéndonos", explica Yadira, copropietaria de 'East Side Ink'. En un momento de la conversación, 'Bang Bang' "decidió que quería que Rihanna le hiciera un tattoo", explica Yadira, que detalla que el diseño del dibujo era algo sencillo: un paraguas con la letra 'R' bajo él y que iría dibujado en su gemelo.
Cuando los otros dos tatuadores de la tienda vieron el diseño, decidieron que ellos querían uno igual. De esta forma, Rihanna les tatuó el mismo diseño, con la única diferencia de que estos dos últimos iban numerados en el orden en que habían sido realizados.
"Estuvimos bromeando todo el rato, diciéndole que era toda una profesional", continúa Yadira, que explica que la cantante tardó sólo 15 minutos en completar cada tatuaje.
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