Tanya Angus tiene 30 años y lleva diez sufriendo acromegalia , más conocida como gigantismo, un trastorno del crecimiento que provoca un aumento desproporcionado del tamaño de las extremidades. Debido a este trastorno, la mujer, que siempre fue esbelta y que soñaba con convertirse en actriz, vio cómo su ropa y zapatos empezaban a quedarse pequeños.
Como cuentan desde la web msnbc.msn.com, a la edad de 20 años y viviendo en Michigan, Tanya se dio cuenta de que algo iba mal. Su cuerpo empezó a cambiar, y ella acabó convirtiéndose en una persona completamente diferente . "Cuando me miraba al espejo es como si se tratara de otra persona. No me reconocía", declara.
La joven estadounidense, que hace sólo diez años medía 1,52 metros y pesaba unos 52 kilos, se ha convertido hoy en una persona que nada tiene que ver con aquella chica menuda, alcanzando la altura de 1,82 metros y con un peso cercano a los 218 kilos.
El trastorno puede ser tratado mediante cirugía y fármacos, pero en el caso de Tanya, y después de someterse a tres operaciones, estas medidas no han funcionado. Por lo que la mujer sigue creciendo cada año, sin encontrar, de momento, una solución efectiva.
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