La Universidad de Alcalá acoge estos días el ciclo sobre Horarios racionales, donde se propone flexibilizar la jornada laboral para favorecer la conciliación familiar. Ignacio Buqueras (Reus, 1942) es economista y empresario, y preside la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios.

¿Los madrileños administran bien sus horarios?

Los españoles en general no dan excesivo valor al tiempo. Pero en las grandes ciudades, como Madrid, se administran algo mejor, sobre todo por la distancia de la casa al lugar de trabajo. Cada minuto es irrecuperable.

¿Cómo son los horarios de un madrileño medio?

Tiene jornadas excesivamente largas. Se inician a las 7.00 o las 8.00 h, como en Europa, pero finalizan a las 21.00 h, dos horas más tarde que la media europea. Lo deseable sería empezar a las 7.30 o las 9.00 h y estar en casa entre las 16.30 y las 18.00 h.

¿Cómo se podría conseguir?

Comiendo en 45 minutos y abandonando la cultura del presentismo: lo importante no es pasar muchas horas en la oficina. Aquí están bien vistas las personas que trabajan 10 horas, pero en Europa las ven como improductivas. Se pierde mucho tiempo con el café, el cigarrillo, la charla y los paseos al aseo.

¿Por qué en España tenemos este horario diferente?

Hasta los años treinta teníamos un horario similar al europeo. Pero en la posguerra se generalizó el pluriempleo: el hombre se tiraba todo el día trabajando fuera mientras la mujer cuidaba de la casa. Ahora la mujer se ha incorporado al trabajo, pero el hombre sigue sin intervenir en las tareas domésticas.

¿Quiénes son los más perjudicados con esas jornadas?

Las mujeres, que tienen toda la carga; y los niños, que están abandonados.