San Fernando, San Isidoro, las Santas Justa y Rufina, la Custodia de Arfe... y 52 mineros de Boliden con sus camisetas reivindicativas. Así entró ayer el Corpus en la Catedral, para la sorpresa de los que contemplaban la procesión.

Los ex mineros de la empresa Boliden que llevan ya 110 días acampados junto al Parlamento aprovecharon el acto religioso para colarse en la catedral y llevar a cabo un encierro de protesta. "Con el calor ya no podemos estar en el campamento bajo plásticos", dice Paco Figueroa, de CC OO.

Todo se desarrolló «sin incidencia y de forma pacífica», según el portavoz de los trabajadores, Juan José Fernández.

Ésta es ya la tercera vez que los mineros toman la catedral, tras los encierros de julio de 2002 (13 días) y septiembre de 2007 (63 días).

Fernández bromea: «ya somos habituales, el Arzobispo cuando nos vio entrar nos dijo ‘ponerse en vuestro sitio’, y éste es el rincón de los mineros, dice señalando el lugar donde se han ubicado. Con éste, tienen tres frentes abiertos, junto al Teatro Duque y el Parlamento.

Caras de cansancio y abatimiento, miradas perdidas, barbas tupidas... Están cansados. «Llevamos 6 meses sin trabajar y no nos ofrecen una solución global para los 73 empleados», añade.

Aseguran que están decepcionados con Chaves. «Se comprometió a dar 44 puestos de trabajo por el acuerdo que la Junta firmó con los mineros para 2008, pero ha faltado a su palabra».

«Si no, que nos saquen muertos»

Los trabajadores, aunque cansados, están dispuestos a llevar la protesta a sus últimas consecuencias. A partir del lunes o martes un grupo de ellos iniciará una segunda huelga de hambre y anuncian más acciones contundentes (ya cortaron el AVE).

«Ésta será la vencida, de aquí nos iremos con los pies por delante, si no, que nos saquen muertos», sentencia el portavoz.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE SEVILLA.