Es frecuente que muchas personas, cuando llegan a la jubilación, se aburran porque no encuentren nada en qué ocupar el tiempo. Ven la tele, visitan obras o se dedican a recuperar el tiempo perdido, por ejemplo. En Gijón, cerca de un centenar, se dedicará los próximos tres años a plantar lechugas, patatas y cebollas de agricultura ecológica.

. Por una tasa de 15 euros anuales, disponen de 50 metros cuadrados de ‘huertina' con todas las comodidades: taquilla para guardar los aperos, boca de riego... lo que cultiven ya es cosa suya.

«Es muy gratificante venir aquí a pasar el día: hacemos amistades, estamos al aire libre y sacamos algo de provecho», señala Gabriel Flores, uno de los adjudicatarios de un huerto. Cuenta que demás de pasarlo bien, aprenden nuevas técnicas. «Nos acaban de dar un curso de agricultura ecológica. Son detalles que te llenan», dice.

Este es el segundo año que Gabriel dispone de un terreno.Reconoce que cada vez se atreve más a intentar nuevos experimentos. «Creé unos pequeños invernaderos reciclando botellas de plástico y cultivo melones», comenta.

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