Peligro en 33 carreteras de Madrid por la falta de señales y curvas muy cerradas

  • 182 puntos negros en la región.
  • La mayoría, en M-607, M-40 y M-506.
  • Muchos podrían solucionarse con sólo poner la señalización adecuada.
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Marcas de un frenazo en una carretera madrileña.
Marcas de un frenazo en una carretera madrileña.
A. NAVIA
Marcas de un frenazo en una carretera madrileña.

Veinte kilómetros y medio de la red viaria son los más mortíferos de Madrid. Ésa es la longitud que suman los 182 puntos negros (con más de tres accidentes mortales al año) que la Dirección General de Tráfico (DGT) tiene contabilizados en 33 de las carreteras madrileñas, y que los agentes de Tráfico de la Guardia Civil (unos 700 en la región) están «"hartos" de denunciar sin conseguir que la Administración tome medidas.

No se entiende que carreteras tan modernas como la M-40 o la M-607 estén tan mal diseñadas 

"Con algo tan sencillo como instalar un cartel advirtiendo al conductor de la curva que se avecina o poner un radar, muchos de estos puntos negros dejarían de serlo", afirmaron a 20 minutos agentes de tráfico que trabajan a diario en las carreteras.

Según estos guardias civiles, el principal motivo de la peligrosidad de estos puntos es precisamente la falta de señales de tráfico que alerten de giros peligrosos o indiquen la necesidad de reducir la velocidad.

También señalan la ausencia de iluminación y el mal diseño de las carreteras, con curvas muy pronunciadas y cambios de rasante.

Unos problemas que no afectan únicamente a calzadas antiguas: "No se entiende que carreteras tan modernas como la M-40 o la M-607 estén tan mal diseñadas, que haya tantas curvas o que se usen los mismos carriles para salir e incorporarse a la autovía", se lamentan los agentes.

36 muertes en lo que va del año

En lo que va de año, 36 personas han fallecido en total en la red de carreteras de la región, según datos de la DGT. Los últimos datos de Tráfico sobre siniestralidad en puntos negros, correspondientes al periodo 2003-2007, hablan de 158 fallecidos en un total de 4.095 accidentes.

La M-607 es la más peligrosa de la región, seguida de la M-40 y la M-506

Y, a juicio de los agentes, los carteles que Fomento ha comenzado ya a instalar en la comunidad para señalizar en la carretera los "tramos de alta concentración de accidentes" no servirán "para nada". Por un lado, porque "el conductor no sabe en qué lugar concreto del tramo le espera el punto negro". Por otro, porque atiende más a criterios de intensidad de tráfico en la vía que al número de accidentes que registra.

La M-40, entre las peores

Los agentes que a diario peinan las carreteras lo tienen muy claro. "La M-607 es la más peligrosa de la región, seguida de la M-40 y la M-506", dicen. Entre las tres suman 38 puntos negros.

Otras carreteras conflictivas son:

  • A-1 (Burgos) -> 16 puntos negros entre los km 10,00 y 93,1.
  • A-2 (Barcelona)  -> 18 puntos entre el kilómetro 6 y el 34.
  • A-3 (Valencia)  -> 11 puntos del kilómetro 11,9 al 60,9.
  • A-4 (Andalucía)  -> Diez puntos negros localizados entre el kilómetro 12 y el 26.
  • A-42 (Toledo)  -> 12 puntos entre el kilómetro 9,4 y el 27.
  • A-5 (Extremadura)  -> 15 puntos del km 11 al 32.
  • A-6 (Coruña)  -> 15 puntos negros del km 7,9 al 37.
  • M-300  -> Seis puntos negros del km 13,1 al 32,5.
  • M-608  -> Cinco puntos negros del km 0,0 al 38,2.

Ruta de vértigo por la región

Un agente de la Asociación Unificada de la Guardia Civil pisa el acelerador mientras toma una de las curvas más peligrosas de la carretera de Colmenar, durante un recorrido con periodistas de 20 minutos. "¿Habéis visto alguna señal?", pregunta a los asustados ocupantes del monovolumen, que ven como la inercia del vehículo amenaza con empotrarlos contra el quitamiedos del carril contrario.

Sólo su pericia logra salvar el mal trago vivido en el km 21 de la M-607, en dirección a Navacerrada. Ninguna señal alertaba del peligro en ciernes, como tampoco lo hace con claridad a la altura del kilómetro 29 de la misma vía.

"Aquí la única solución sería un radar", explica el agente que a diario se juega la vida subido a una moto ("porque no hay coches para todos", aprovecha para denunciar). El agente conoce bien los lugares concretos donde la calzada juega una mala pasada: "Justo aquí hay también una parada de bus interurbano que entra de golpe".

El problema de la escasa señalización se repite al llegar al km 58,400, justo en la incorporación de la M-40. "No hay limitación de velocidad en una curva tan cerrada. Para evitar los golpes nocturnos haría falta también más iluminación", explica.

Un cambio de rumbo lleva a la M-40 interior, no sin antes echar un vistazo al km 14 de la 607, "donde nos espera otra curva traicionera". Ya en la autovía, el km 9 evidencia los golpes sufridos por varios tapacubos y ruedas que se apilan en la cuneta y los desperfectos y arañazos de los bordillos de contención. "Este punto es muy peligroso", dice.

Como lo es la salida de la M-40 desde Mercamadrid para incorporarse a la de Córdoba, explica el experimentado piloto. "Aquí hay mucho cruce de camiones y el mismo carril para dejar la autovía e incorporarse a ella", precisa otro compañero. Y junto a lo evitable, saben que hay enemigos insalvables: "El sol deslumbra por las mañanas del km 30 al 32 de la M-607 y por las tardes en la M-40 del km 58 al 53", se resignan.

Demasiados infractores

La Guardia Civil recomienda a los conductores reconocer la infracción cometida en el caso de que un agente les dé el alto. Según dicen, los radares han favorecido la prudencia ante el volante, "pero no por miedo al golpe, sino para no perder los puntos", explican, y gracias a una de estas máquinas ha podido superarse el punto negro que hay en el kilómetro 19 de la A-1 sentido Madrid.

"Ha sido la única forma de evitar el exceso de velocidad", explican. Pero los radares no logran controlar el "exceso de confianza al volante o el cansancio", dicen, ya que están acostumbrados a ver a "conductores leyendo mientras conducen".

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