El último tramo de la A-44, entre Ízbor y Vélez, se abrirá mañana al tráfico. Granada dejará así de ser la única capital de España sin conexión con su costa.

Los carriles dobles separados por conos, tan usuales en verano, pasarán a la historia y los granadinos disfrutarán por fin de una autovía, 20 años después de que se comenzase a hablar de ella y seis años más tarde de la puesta de la primera piedra, en 2003 por el entonces ministro Álvarez Cascos.

La apertura de este último tramo, sin embargo, servirá de poco si no se termina antes del verano la A-7 (autovía del Mediterráneo), ya que Granada es también la única provincia del Mediterráneo que permanece aislada en este sentido.

La infraestructura que ha costado 307 millones de euros se abrirá un día antes del inicio de la campaña electoral para las elecciones europeas. Esto ha supuesto las reacciones en contra del Partido Popular que ha cuestionado «el carácter electoralista que el PSOE pretende dar a la apertura de la autovía» y ha considerado «inadecuado el día elegido».

Los socialistas, por su parte, dicen que no se trata de «una inauguración oficial sino de una celebración».

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