Un santo exprés recibe un alud de casas de cera para que evite embargos en plena crisis

Con la crisis, muchos se quedan sin trabajo pero a San Expedito se le acumula el trabajo. Frente a su pequeño altar de la calle de Ferran de Barcelona, cuelgan desde hace siglos decenas de figuras de cera, exvotos para pedir su intercesión en un problema. Pero desde que la economía se desmorona, los fieles han optado por colgar casas para evitar embargos y afrontar los pagos de hipotecas y alquileres.

Como salidas del cuento de Hansel y Grettel, con su puerta, chimenea y tejado, estas figuras cuestan 6,50 euros en una cerería. Las llaman presentallas y tienen la propiedad de salvar a los fieles de perder su casa.

Al menos eso esperan las decenas de personas que acuden a la parroquia de Sant Jaume, en la calle de Ferran, venidas de toda España, a ofrecer su hogar en peligro a San Expedito, el patrono de las causas urgentes. La tradición cristiana indica que resuelve los problemas rápidamente.

El de Ciutat Vella es el único San Expedito que se conoce y venera en Catalunya. Seguramente por este motivo Xavier, el sacristán de la parroquia, retira cada mes una cincuentena de exvotos colgados en una capilla lateral.

"Desde que se habla de la crisis cuelgan más casas", aclara el sacristán, que recuerda que antaño solamente existían figuras de cera con forma de brazos, piernas, órganos vitales (corazón, pulmones, riñón...) o representando a bebés, hombres y mujeres.

Muy cerca, en la histórica cerería Lluís Codina, la dependienta Susana Truzman confirma que la crisis económica ha disparado las ventas de presentallas en forma de casa. Truzman advierte que los clientes "son gente autóctona de todas las condiciones y edades, muy angustiadas".