Cuando baja el telón, comienza la fiesta


Fiebre del sábado noche - aftershowVer un musical de éxito desde la platea de un teatro
es una experiencia muy recomendable. Vivirlo, aún más. Y si eso incluye contonearse al ritmo de
Boney M tomando copas, codo con codo, con el mítico Tony Manero, la experiencia se torna en tentación.

El espectáculo
Fiebre del sábado noche ofrece esta posibilidad todos los miércoles y jueves. Nada más bajarse el telón, a eso de las 22.30 h, el vestíbulo del Coliseum de Madrid se convierte
por arte de magia de un DJ y de dos enfervorizados animadores bien caracterizados, en un remedo del
Odisea 2001, la discoteca favorita de los
faces. Es el
after show, una idea que puede acabar poniéndose de moda en producciones de este tipo.
Fiebre del sábado noche - aftershowJorge y Álvaro, dos quinceañeros primerizos en esto del teatro, lo tienen claro: "Es un desfase, es perfecto", dicen mientras bailan
como lo hacían, probablemente, sus padres en los 70.
FSN atrae a todo tipo de público. Lola y su marido, una pareja de mediana edad, se los han visto casi todos: "Bailan que no es normal, las canciones están muy bien traducidas". Sus localidades, todo hay que decirlo, eran de las mejores.
Baile hasta la medianoche

Un centenar de personas, cerveza, refresco o combinado en mano –a precios asequibles-, comienzan una conga; mientras tanto, el reparto del musical, liderado por el argentino
Juan Pablo Di Pace, hace acto de presencia discretamente
tras una ducha reparadora y con el chándal puesto. "El contacto con el público es importante", explica el actor, que confiesa, dando pequeños sorbos a una cerveza, estar "muerto" tras la función.
Fiebre del sábado noche - aftershowLa "euforia" de respetable le motiva. Al igual que sus compañeros
se deja tocar, besar y fotografiar una y otra vez por decenas de fans, entre las que destacan unas adolescentes de Vitoria y unos alemanes a los que, sin hablar castellano, el musical les ha parecido "fantástico". En la planta de arriba, asomando por la barandilla, cinco mujeres cantan a voz en grito
YMCA de los
Village People. Se habían quedado con las ganas.

La juerga dura lo justo para pasar un buen rato. "Hay vecinos arriba", explican desde la organización,
y por eso la hora tope es medianoche. Además, Tony, Stephanie, Monty y los demás deben descansar: mañana deben de dar, una vez más, lo mejor de sí mismos sobre el escenario.
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