La guitarra que mataba fascistas

  • Editan en España ‘Rumbo a la gloria', la poderosa autobiografía del legendario cantautor estadounidense Woody Guthrie.
  • El autor de la canción-icono de Barack Obama, ‘This Land is Your Land', fue el mejor cronista de la Gran Depresión.
La voz de la gente corriente. Woody canta en una taberna de Nueva York en la década de los años cuarenta.
La voz de la gente corriente. Woody canta en una taberna de Nueva York en la década de los años cuarenta.
La voz de la gente corriente. Woody canta en una taberna de Nueva York en la década de los años cuarenta.

El concierto que precedió a la toma de posesión de Barack Obama como presidente de los EE UU concluyó con una canción que dice en una de sus estrofas: Mientras caminaba encontré un cartel / Que decía: Propiedad Privada / Pero el reverso estaba en blanco / Ese reverso fue hecho para ti y para mí. La radiante familia presidencial y cientos de miles de asistentes corearon la letra de This Land Is Your Land, cantada desde el escenario por Bruce Springsteen y Pete Seeger.

De estar vivo, el compositor de la pieza quizá dudaría del optimismo circundante. Woody Guthrie (1912-1967) nunca creyó en las soluciones patrocinadas por negociados gubernamentales y siempre prefirió la acción directa: tocar al raso frente a manos sucias, sindicalistas, braceros, vagabundos, sin tierra, perdedores de todos los trenes, desempleados.

En el cuerpo de su vieja guitarra española había una pegatina burda, un papel tan blanco como la justicia con un lema escrito en letras tan negras como la explotación. El papelucho, porque algunas soflamas todavía escaldan, no hubiese aprobado el filtro censor del liberalmente correctísimo Woodstock del obamismo: "Esta máquina mata fascistas".

Tres mil temas

Cuando Guthrie murió a los 55 años en un hospital benéfico de Brooklyn (Nueva York), apenas podía hablar. Desde 1954 padecía la hereditaria y dolorosa enfermedad de Huntington, una degeneración del sistema nervioso antes llamada baile de San Vito.

En su ultima década, cuando los temblores le impedían sostener el lápiz, Guthrie musitaba letras y melodías al oído de sus tres hijos. Compuso más de 3.000 temas y muchos aún no han sido editados.

Hijo de un terrateniente metido en política, Woodrow Wilson Guthrie nació en el pueblucho de Okemah (Oklahoma), donde patrullas de vigilantes blancos ejercían la justicia por su cuenta y linchaban a negros sospechosos o incómodos. A los 16 años se fue de casa para atravesar mundo, para ser él mismo parte actora de la travesía.

Fue víctima de la depresión de 1929 y de la Great Dust Bowl (gran tormenta de polvo), que arruinó 400.000 kilómetros cuadrados de tierras de cultivo entre 1931 y 1937. Emigrando como otros centenares de miles de arruinados, fue vendedor de diarios, pintor de brocha gorda, campesino, trovador ambulante, polizón de trenes, sintecho, pinchadiscos, agitador asambleario, columnista de un diario comunista, marinero en la Armada durante la II Guerra Mundial...

De esos años procede su novela Rumbo a la gloria, editada en 1943 y ahora publicada en España (Global Rhythm, 25 euros), una autobiografía de un hombre que entendió la vida en los polvorientos caminos de los parias como una necesaria peregrinación.

El mero sonido de las palabras basta para colocarte". Bob Dylan, sobre ´Rumbo a la gloria´

Bob Dylan, que viajó a Nueva York cuando era un mocoso con la única intención de visitar a Guthrie en el hospital, dijo que el libro canta "como una radio", que "el mero sonido de las palabras basta para colocarte" y que su autor es "el poeta de la tierra reseca y el cielo espeso".

El mejor reportero

Guthrie fue el mejor reportero estadounidense de la primera mitad del siglo. Sus canciones son formalmente crónicas periodísticas que narran las desventuras de los granjeros errantes (Tom Joad), la tristeza perpetua de los vagabundos (Hobo´s Lullaby), el necesario activismo contra los nazis (All You Fascists Bound To Lose) y el apoyo a la República española contra el alzamiento franquista (Jarama Valley).

Acaso su trabajo más preciso sea Ballads of Sacco and Vanzetti, un encargo que recibió en 1945 de la discográfica Folkways para recrear el inmoral juicio contra los anarcosindicalistas Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, ejecutados en Boston en 1920 pese, como se demostró con los años, a su palmaria inocencia en un caso de robo y asesinato.

El relato de Guthrie es más preciso que la mejor de las hemerotecas: pinta el telón de fondo de la represión contra los sindicatos, presenta a los personajes, narra con detalle el proceso, las motivaciones políticas del tribunal, la intervención decisiva de las fuerzas vivas de la ciudad...

Cristo para presidente

Pese al carácter casi vernacular de las canciones de Guthrie -el novelista John Steinbeck le consideraba el epítome del "espíritu americano"-, su legado abunda en sabrosas sorpresas.

Hace unos años, cuando el cantante Billy Bragg y el grupo Wilco editaron dos discos (Mermaid Avenue, Vols. 1 y 2) con canciones hasta ahora inéditas, el mundo supo del lado más sarcástico de Guthrie: confiesa tener sueños eróticos en los que hace el amor con Ingrid Bergman en el volcán Stromboli y postula como presidente de los EE UU a Jesucristo.

Sospecho que ésa sería su aportación a la gala obamista: Vota por el Carpintero / La única manera de expulsar / A esos políticos corruptos / Es desalojar del templo a los especuladores / Y cambiarlos por el Carpintero.

Defensor del ‘copyleft´ en los años 30

Para quienes creen que la lucha en pro del copyleft es cosa de geeks del siglo XXI, conviene la lectura del texto que Woody Guthrie incluía al registrar sus canciones en los años treinta del XX: "Esta canción está registrada en los EE UU bajo copyright por un periodo de 28 años y cualquiera que la cante sin nuestro permiso será considerado un buen amigo, porque nos importa un comino. Publícala. Escríbela. Cántala. Muévela. Nosotros la escribimos, eso es todo lo que queríamos hacer".


Con destino a la gloriaUNA PELÍCULA

Con destino a la gloria (Hal Ashby, 1976. MGM. 12 euros). Esta correcta adaptación de la autobiografía de Guthrie se llevó dos Oscar (fotografía y música original). El cantante está interpretado por David Kung Fu Carradine. Habían elegido al músico Tim Buckley (padre de Jeff), pero se murió de sobredosis antes del rodaje.

Woody Guthrie, ‘The Asch Recordings’UN DISCO

The Asch Recordings (Woody Guthrie. Smithsonian-Folk-ways. 50 euros). La mejor colección: cuatro discos y 100 canciones. Una antología grabada gracias a Moses Asch, amigo personal del cantante y, como él, declarado antifascista.

Algo caro y difícil de encontrar en España, pero necesario para seguir en pie y no perder la fe en la lucha. Es fácil de localizar a través de Internet.

John Steinbeck, 'Las uvas de la ira'UN LIBRO

Las uvas de la ira (John Steinbeck. Alianza, 2008. 9,90 euros). Pulitzer en 1940 y su autor, Nobel en 1962. La familia Joad -como Guthrie, okies de Oklahoma- busca un incierto futuro emigrando en la Gran Depresión. El novelista veneraba a Guthrie y su voluntad de hierro: "Canta las canciones de un pueblo y sospecho que él mismo es en cierto modo ese pueblo".

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