Los coles de la Comunidad de Madrid tardan dos años en ver trastornos de conducta

  • Denuncian la tardanza en el diagnóstico en los centros.
  • Sufren dislexia, hiperactividad, autismo y síndrome de Asperger
Su coeficiente intelectual es de 127 (lo normal está entre 70 y 90). Pese a ello, Germán, de 11 años, se siente tonto. Padece el
trastorno que dificulta mucho relacionarse socialmente. Lo peor de todo, según cuenta su madre, Asunción Corrales, es que el equipo de orientación de su
colegio de Leganés tardó un año y medio en diagnosticarle y darle el refuerzo especial que necesitaba. 
Pasan por maleducados y son los raritos de la clase

Su caso no es aislado. Sindicatos, la Fapa y asociaciones denuncian que en la región hay demoras de hasta dos años para evaluar a escolares con dificultades.

Equipos de orientación

En la comunidad hay 63 equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica (para 3.157 colegios públicos y concertados), que se encargan del diagnóstico de estos niños (fundamentalmente hiperactivos, disléxicos o con el síndrome de Asperger), que suelen ser nerviosos y con un déficit de atención, lo que los convierte en conflictivos.

"Pasan por maleducados y son los raritos de la clase", explican desde la Federación Asperger de España. Para Alfonso Callejas, presidente de la Asociación Dislexia Sin Barreras, la falta de dotación de estos equipos está detrás de las demoras.

"El año pasado, la Consejería de Educación ya intentó eliminarlos para trasladarlos a los centros" (algo que corrobora tanto CC OO como UGT), aunque Educación finalmente desestimó la idea. En algunas zonas como en San Blas "hay un solo equipo para 14.000 alumnos", explica Eduardo Sabina, de UGT, lo que hace "que al estar tan saturado no den abasto y, por tanto, se tarde en evaluarlos".

Sandra de Andrés, también de UGT, asegura que "las plantillas están congeladas desde hace seis años, justo cuando se ha producido el boom de alumnado inmigrante (ahora hay un 6,4% más de escolares que en 2003) que necesita de necesidades educativas especiales".

La falta de personal eleva las ratios. "Ahora hay un orientador por cada cuatro centros cuando lo ideal sería uno por cada una o dos escuelas", asegura De Andrés. Educación asegura que el posible retraso es porque "marzo y abril son los meses más intensos para los equipos de orientación por el inicio del plazo de escolarización (15 de abril). El resto del año el trabajo es menos intenso", aunque "es posible que se pueda retrasar algo el dictamen de alumnos escolarizados que requieran una evaluación, para favorecer el diagnóstico de otros que se escolarizan por primera vez".

La falta de diagnóstico hace que a estos niños los califiquen sus profesores de inmaduros o mimados. "Hubo una maestra que se cebaba con mi hijo. Lo tuvo un curso con la mesa contra la pared porque en clase no prestaba atención", recuerda entre lágrimas Asunción.

"Un retraso en el diagnóstico es nefasto porque el arrinconamiento que sufren se va a significar más", alerta Jesús Ramírez, psicólogo educativo. Su colega María Antonia Álvarez apostilla que "no darles refuerzo supone que se retrase su aprendizaje".

Cuanto más pequeños, mejor

Los expertos coinciden en que lo más importante para los trastornos de conducta y de déficit de la atención es el diagnóstico precoz, aunque es complicado detectar estos síndromes. "Hasta los tres años, los padres muchas veces piensan que un retraso en el lenguaje es normal porque piensan que cada niño va a su ritmo; lo mejor es que les diagnostiquen a edades muy tempranas", explican desde la Fapa Giner de los Ríos.

No obstante, algunos "llegan hasta Primaria sin ser evaluados". 723 profesionales entre psicólogos, pedagogos y médicos forman los equipos de orientación.

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