Samantha Fox, la reina del calendario

  • Su imagen amamantó los sueños húmedos de toda una generación de adolescentes a finales de los 80 y principios de los 90.
  • Hoy, con 42 años y 30 millones de discos vendidos, pide más guerra.
Samantha Fox, al pie del cañón en una foto reciente.
Samantha Fox, al pie del cañón en una foto reciente.
Korpa
Samantha Fox, al pie del cañón en una foto reciente.

Advertencia: este personaje contiene un principio activo estimulante que puede provocar efectos secundarios. Se ha observado que estos son más habituales en personas mayores de 28 años y en las de sexo masculino. Los síntomas adversos más comunes son: resoplidos (muy frecuentes), sonrojo facial (frecuentes), sudoración excesiva (poco frecuentes) y muecas de disgusto (raros). No es usual que se produzcan trastornos más graves, aunque se han registrado cuadros de taquicardia o erección de forma excepcional.

Los lectores con predisposición a la nostalgia deben dejar de leer en este punto. Samantha Fox está indicado para excitar la memoria, provocar la sonrisa y abandonarse a un viaje en el tiempo erótico y musical.

La primera... de las 'tit-stars'

Pocos recuerdan el himno pop Nothing's gonna stop me now o su single debut Touch me con los que escaló a los puestos más altos de las listas de ventas. En cambio, el nombre de esta mujer -resultona a pesar de su 1,55 metros de estatura, tan simpática en esas entrevistas a las que acudía recatadamente vestida- evoca, sobre todo, los dormitorios de la pubertad, convertidos en íntimos museos fotográficos.

Samantha FoxAllí la británica nos miraba alarmada desde un póster porque su camisón amenazaba con resbalarse al suelo sin remedio. O trataba de ocultar con una mano su busto desnudo y generoso. Sin embargo, había que acercarse hasta los quioscos, a los talleres de reparación de vehículos o a los parasoles de los camiones para espiarla en todo su esplendor, libre de sostenes y de la censura familiar, erigida en diosa XXL de la feminidad.

La londinense reconoce hoy que sus pechos de aroma ochentero, que no conocen bisturí y que mostró por primera vez en el diario The Sun cuando tenía 16 años, fueron su pasaporte a la fama y al mundo del modelaje. Pero que su verdadera pasión desde niña fue la música y que ya a los 14 era solista en una banda.

"Hambrienta... de amor"

Su carrera musical, sin embargo, no despegó hasta 1986. Sam tenía aptitudes vocales y buen olfato para rodearse de productores notables que fabricaron sus principales hits. Además le sobraba arrojo para liderar una nueva escena de artistas femeninas (tit-stars) dispuestas a derramar toda su sensualidad en público. La italiana Sabrina sería su mejor discípula.

Entregué mi cuerpo al calor de la noche y ningún hombre juzgará si está bien o está mal

"Luna llena en la ciudad, yo estaba hambrienta de amor", "Suzie, no me dejes a solas con tu novio", "entregué mi cuerpo al calor de la noche y ningún hombre juzgará si está bien o está mal", entonaba entonces Sam ante una audiencia atenta a que su corpiño dejara escapar un pezón juguetón.

Samantha Fox

Han pasado veinte años y Samantha asegura que nunca se retiró. Visita con asiduidad España, ese país donde veraneaba de niña y que le regaló un romance con Rafi Camino.

Está soltera "porque nunca me sentí preparada para casarme". También se rumorea que mantiene una relación con la mujer que la representa. Conserva la figura "sin cirugía, comiendo sano y haciendo ejercicio" y reivindica aún su condición de sex symbol.

El paso del tiempo la atemoriza "un poco". Ama la vida. Le entusiasma. Y quizá la tengamos muy pronto entre nosotros presentando en concierto su último disco, Angel with an attitude. Mientras, nos cita en iTunes.

El desdén de la crítica

Samantha FoxSamantha nunca fue objeto de devoción de los críticos musicales, para quien la londinense no era más que una barbie mediocre que había logrado unas ventas extraordinarias explotando su sensualidad. Sin embargo, los 30 millones de fans que compraron sus discos no parecían estar del todo de acuerdo y canciones como I wanna have some fun o I only wanna be with you se convirtieron en potentes éxitos llenapistas.

A lo largo de siete discos, Samantha Fox facturó con desenvoltura, en clave disco pop -o en un tono más aguerrido en su primer álbum-, ritmos pegadizos y chispeantes sin más pretensión que divertir. Gracias a la colaboración de autores como Full Force, Eric Foster White, lo consiguió.

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